En mitad de una frase

Ya sé que la culpa es mía por ponerme a ver en abierto una serie que ya he visto (y en versión original), y que estamos en verano, época en la que todo se llena de becarios que sólo aprenden lo peor de quienes les enseñan, pero ¿es mucho pedir que una cadena que se gasta una pasta en una serie buena, que promociona sin cesar durante semanas (también en internet), espere a que termine no ya una secuencia, sino al menos una frase, antes de meter uno de esos colosales bloques de publicidad que hacen que olvides no sólo por dónde iba, sino hasta qué narices estabas viendo?

Supongo que la respuesta está clara si tenemos en cuenta que hablamos de una cadena que cortó la celebración de la selección tras eliminar a Italia en los penaltis, que hace eso mismo de cortar por donde caiga con todo lo que emite, incluidos sus propios productos (el reportaje de resumen de la Eurocopa, por ejemplo) y que compra series norteamericanas porque da una buena imagen de marca, no importa que se emitan dos o tres episodios seguidos y se acabe en un mes, que se cercenen los créditos (iniciales y finales) o que se mutilen líneas enteras de diálogo por culpa de la bendita publicidad.

De verdad, ¿es tan difícil hacerlo bien?

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