Ayer se fue Antonio Povedano, artista, genio del paisaje, maestro de decenas de creadores y amigo de otros muchos que anoche, al conocer la noticia, se quedaron un poco más solos. No lo conocí mucho, pero siempre fue exquisito su trato las veces que nuestros caminos se cruzaron y le importuné para alguna entrevista o uno de esos reportajes periódicos en los que preguntábamos a los artistas locales sobre tal o cual cuestión. No nació en Córdoba, pero siempre fue cordobés. Tenía casi 90 años y los achaques propios de la edad, aunque hasta su último suspiro le acompañó una energía vital y profesional que otros, bastante más jóvenes, apenas sueñan con tener.
Son muchos los que estas horas le lloran, en privado o en público, pero pocos con tanto respeto, sobriedad y cariño como lo hace el segundo maestro de esta historia, un hombre asombroso en lo personal, en lo profesional y en otros muchos aspectos, con el que he tenido el privilegio de trabajar y que hoy traigo aquí porque es el autor de una de las necrológicas más hermosas que he leído en mucho tiempo. Su nombre es Alfredo Asensi, y el texto que le ha dedicado al artista se titula «La muerte traza su tétrico paisaje sobre Antonio Povedano». Aunque dejo el enlace al texto completo, no puedo evitar reproducir aquí algunos pasajes. Espero que también os gusten.
«Hasta sus últimos momentos de consciencia estuvo pensando en la exposición siguiente, trazando en su prodigiosa sensibilidad de artista el cuadro que le faltaba por pintar, la pincelada intuida y aún no ejecutada. […] Se ha ido Antonio Povedano, figura nuclear del paisajismo español del último medio siglo, poeta del pincel en las estribaciones más lúcidas del paisajismo de vanguardista, artista rotundo hasta sus últimos suspiros, maestro durante décadas de centenares de pintores aficionados y profesionales, retratista, vidriero, gestor cultural, devoto del flamenco, de la cultura, de la vida».
[…]
«Modula su sintaxis, matiza su cromatismo, se alía con la luz, pinta los paisajes andaluces como quien aspira a renacer siempre en ellos. Escarba en cada inquietud hasta perfilar un logro».
[…]
«La noticia de su muerte fue ayer un latigazo de dolor que recorrió la ciudad. En el paisaje de su último suspiro se desliza el sollozo de todos los que lo quisieron y lo admiraron».
Un siglo hará que no oía la palabra «estribaciones»…>>«la pincelada intuida y aún no ejecutada» me recuerda a lo que se ha dicho siempre de la escultura sobre que la obra está ahí dentro del bloque y el artista simplemente la saca… el texto indica que Povedano era extremadamente vital y desde luego esa es para mí la base del arte, o sea, pienso que NO es verdad que creamos cosas a partir de la nada, que NO es inspiración divina lo que poseemos, sino una muy humana, de lo que encontramos en nosotros mismos, bien al fondo bien en la superficie.>>La verdad es que a mí la pintura me interesa bien poco, así que es la primera vez que oigo de Povedano, de pequeño dibujaba al carboncillo pero a ver museos, exposiciones e iglesias no iba ni atado… 90 años ya son sus buenos años. Descanse en paz.
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Me gusta eso de que la inspiración está en nosotros mismos y que las musas y esas cosas son sólo paparruchas. Povedano no era un artista demasiado popular, ni demasiado mediático, aunque se le respetaba mucho en la profesión y le respetaban todos los que le conocían. Y sí, que descanse en paz.
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Mundanización del arte, creo que se llama a eso. Y sí, ni musas ni diosas ni princesas como centro, sino como testigos. Que ya han pasado Copérnico, Nietzche y Maese Joda por esta vida como para que nos demos cuenta 🙂>PD: Nunca digas buenas noches sino vas a desconectar el modem XD.
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Je, je. Mi módem nunca se desconecta, ni el de casa ni, por supuesto, el del trabajo. Simplemente me levanto y me voy.>>Me gusta lo de los testigos…
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