Series que dejé de ver (II)

(Las que abandoné sin más por una u otra razón cuando ya llevaba bastante tiempo viéndolas)

1. ‘Desperate Housewives’ (‘Mujeres desesperadas’)
Me enganché a ella desde el inicio (comenzó en aquella gloriosa temporada televisiva que también alumbró Perdidos) y durante unas cuantas temporadas la seguí, de modo algo discontinuo, eso sí, entre los episodios que pillaba por TVE y los que veía en Fox. Pero llegó un momento en que dejé de hacerlo (ni siquiera recuerdo cuándo). Podría echarle la culpa a mis horarios laborales, que de pronto se tornaron incompatibles con el prime time, pero tampoco me preocupé de buscarla por otros medios. Llegó un momento en que dejó de interesarme, y punto, aunque en cierto sentido le pasó lo mismo que a Anatomía de Grey: se convirtió en un culebrón.

2. ‘Nip/Tuck’
De esta no puedo decir que la haya seguido, aunque sí he visto casi todos los episodios de sus primeras temporadas, de una u otra forma, pero llegó un momento en que dejé de hacerlo, aunque me encontrase con ella en televisión (siempre a altas horas, eso sí). ¿Los motivos? En primer lugar, se contagió del tono culebronesco del que he hablado más arriba, hasta extremos insospechados y disparatados, y, en segundo lugar, como leí hace tiempo en un blog que ahora no recuerdo, se abusaba del puteo sistemático a los protagonistas. El mal por el mal y el dolor por el dolor. La cosa no es que se volviera sombría, directamente se convirtió en una oda al sadismo de sus guionistas. Y a mí eso no me convencía, así que la dejé. Puede que un día de estos la coja desde el principio y la vea como es debido. O puede que no.

3. ‘Six feet under’ (‘A dos metros bajo tierra’)
Lo del puteo sistemático a los personajes se puede aplicar también a la historia de la familia Fisher. Esta sí la seguí desde el principio, vi todos los episodios de sus primeras temporadas y me gustaba lo que veía, hasta que me di cuenta de que la desolación en que nadaban los protagonistas me dejaba al final de cada capítulo emocionalmente destrozada. En ese momento, no podía con tanta tristeza encadenada, así que la aparqué. Tal vez la termine algún día.


En la primera entrega, las series que puede que deje de ver y las que desde el inicio no me convencieron.

2 comentarios sobre “Series que dejé de ver (II)

  1. Creo que apuntas uno de los problemas que acaban teniendo las series cuando se alargan en el tiempo, que no tienen más remedio que sorprender y acaban evolucionando a veces mal, traicionando sus premisas y llevando el tema hacía otra cosa que no tenía nada que ver con el principio. No llegan al descaro de las españolas, donde a veces desaparecen los protagonistas y las situaciones iniciales (“Siete vidas”, “Yo soy Bea”) y continúan con los mismos títulos. A lo mejor es que el destino de las series es “culebronizarse” y empezar a sacar hijos secretos y divorcios para mantenerlas vivas.
    A mi lo que me gustaba de “Los Soprano”, al menos de las tres primeras temporadas que son las que he visto, es que mantenía sus premisas sin disparatar y sabía evolucionar positivamente. Es curiosa esta serie, pues reconozco su calidad pero a mi no me deja como otras (La maravillosa “The Wire”) con ganas de ver inmediatamente otro episodio. Cuando salga del follón del festival en septiembre la retomaré para liquidarla. De todos modos es cierto que tarda en entrar y no me extraña que algunos se aburran tras los primeros episodios.
    Hubo una serie que se que la anfitriona de este blog admira, como yo mismo, “El Ala Oeste de la Casa Blanca”, que si supo evolucionar inteligentemente en sus dos últimas temporadas. Dejó de centrarse tanto en las peripecias de la administración Barlett, que ya sonaban repetitivas, y se volcó en la campaña de elección de los candidatos que querían suceder a Martin Sheen, consiguiendo episodios de gran emoción, a lo que no era ajena la presencia del gran Alan Alda como el presidenciable republicano.
    Y no me meto con “Perdidos” que no quiero que me baneen del blog, je, je 😉

    Alcancero

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  2. A lo mejor es la 'culebronización' el destino de todas las series sin una trama más o menos clara y sin el soporte de los procedimentales.

    Precisamente una de las mejores cosas de 'Perdidos' (somos muy respetuosos con las opiniones divergentes, que conste, jeje) es que, en su tercera temporada, sus productores dijeron: «Señores, a esta serie le quedan 48 capítulos que dividiremos en tres temporadas» (después, con la cosa de la huelga se les alteró un poco el plan, pero sólo uno o dos capítulos arriba o abajo). Y se acabó. Nada de estar mareando la perdiz hasta el infinito, algo que una serie así no puede permitirse, por otra parte.

    Ya conté lo que me pasó con 'Los Soprano'. No me interesó. Y tengo demasiados libros por leer y series y películas por ver.

    (A 'The Wire' todavía no le he echado un vistazo, pero tendré que hacerlo).

    En cuanto a 'El ala oeste', dejando a un lado el debate sobre si debió o no haber acabado cuando Sorkin se fue, sí que fue interesante ese cambio de rumbo que nos contaba el camino de un presidente hacia la Casa Blanca, algo que con el anterior nos perdimos (salvo algunos 'flash-backs' concretos). Sin embargo, debo confesar dos cosas: que el ficticio Obama no me convenció demasiado (yo habría votado a Alan Alda) y que en el episodio del debate entre ambos eché muchísimo de menos a Sorkin. Para ver un debate 'realista' ya tenemos los 'de verdad'.

    PD: Qué envidia me dan sus andanzas festivaleras. Que lo pase bien.

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