El ‘hype’ y los ‘Guardianes de la Galaxia’

hypeCuantas más ganas tengo de algo, más probable es que me decepcione. La lista de películas que esperaba con ansia y que me defraudaron es larga, e incluye adaptaciones literarias (El Señor de los Anillos I, que se arregló con la versión extendida y definitivamente con la II y la III; el Hobbit ni la menciono), secuelas (El diario de Bridget Jones 2), precuelas (el Episodio I de Star Wars, que terminó siendo… La amenaza fantasma) y buena parte de la filmografía de Harrison Ford, por no entrar en demasiado detalle.

Es muy difícil controlar las expectativas que uno tiene sobre algo, y es aún más difícil hacerlo cuando el hype ajeno te bombardea por doquier. Por alguna que otra mala experiencia (Los Soprano y Mad Men, que he intentado ver en dos ocasiones y no he pasado del tercer episodio en ninguno de los cuatro intentos) sé que no debo fiarme demasiado de la masa, aunque esa misma masa acierte en ocasiones (True Detective, que es una maravilla, o Sherlock, que empecé a ver como un año después de la segunda temporada porque no me fiaba del aplauso unánime y… bueno, es Sherlock; algún día terminaré el texto que tengo por ahí empantanado).

Pero a veces no puedes evitarlo y te crees lo que dicen los demás. Me pasó con Los Vengadores, a la que además tenía muchas ganas. Durante días leí a muchos hablando sobre lo magnífica, apabullante, perfecta y ponga-aquí-lo-que-quiera que era. Cuando al fin pude ir a verla, esperaba que fuera todo eso que decía la gente. Y no. Era muy buena, pero no tanto. Me entretuvo, pero no emocionó, y eso me dio rabia (mi impresión, curiosamente, mejoró mucho cuando la volví a ver en casa; entonces sí percibí, entre otras cosas, esa sensación de peligro (*) que no noté en el cine).

Guardians of the GalaxyCon Guardianes de la Galaxia me ha pasado algo similar. Lo curioso es que ésta ni tenía ganas de verla, pero digamos que el marketing funcionó. Y las críticas unánimes, los comentarios en Twitter, los «es más grande que la vida»… En definitiva, que cuando fui a verla esperaba algo mucho mejor de lo que me encontré. Igual cuando la vea de nuevo dentro de un tiempo en casa me gusta más, pero tras el primer visionado me pareció muy normalita.

No es fácil introducir a personajes de los que poco sabe el espectador medio, y por eso habría preferido un primer acto un poco más largo, más pausado (si van a inspirarse en Indiana Jones, también podrían haber recordado que nunca encuentra el objeto de turno al principio de la película, por ejemplo), con una presentación apropiada de los personajes, con una historia un poco menos confusa, unos malos que aportasen algo (todo el bando enemigo es un parche desaprovechado)… En definitiva, que me importase lo que me estaban contando y lo que le pasase a la gente que sale en ella. Salvo las dos secuencias del principio (el niño y los créditos) y la del final (por si acaso, no contaré cuál; los que la habéis visto sabéis de qué hablo) y algún que otro chiste, la verdad es que la película no me interesó demasiado.

Como digo, quizás cuando la vuelva a ver me gusta más. Lo que sí tengo claro es que no es mejor que Los Vengadores.

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(*) Aunque uno tenga la certeza de que los buenos van a ganar, debe pensar, sentir que pueden perder. Si no, ¿qué sentido tiene?

Hecho a su medida

Nunca me han gustado los cómics, y no es por ninguna de las absurdas razones que esgrimen los culturetas pedantes (cosas como que son demasiado fantásticos, superficiales o infantiles…), sino por la sencilla razón de que se acaban muy pronto, y si lees tan rápido como yo, apenas te duran un suspiro (yo no soy de esos que paladean cada ilustración, cada trazo, cada sombra: voy al grano).

Robert Downey Jr. - Iron Man

Mi problema con los cómics es básicamente una cuestión de formato. Me gustan sus historias, y suelo ver sus adaptaciones a la pantalla (no todas, porque no hace falta ser un experto para detectar que algunas, sencillamente, apestan). Mi profundo desconocimiento del mundo de la viñeta me permite acercarme a ellas sin los prejuicios con que lo hacen los fans de los tebeos, y también que me quedase a cuadros cuando supe que Robert Downey Jr. iba a interpretar a un superhéroe.

La perplejidad se disipó cuando supe quién era Tony Stark, o Iron Man, pero durante un tiempo no entendí cómo este hombre empeñado en tirar su carrera a la basura una y otra vez, que tras cada resurrección volvía a sumirse en su pozo de excesos y adicciones, el paradigma del actor crápula y vividor (y encantador, por otra parte), podía sumarse al universo de los superhéroes como uno más de tantos individuos ejemplares. Luego me enteré de cómo era Tony Stark y entendí que el papel le venía que ni pintado.

Jeff Bridges - Iron ManMi futuro marido lleva meses diciendo que Iron Man podía ser el tapado del año, y los resultados tanto en taquilla como en la pantalla así podrían confirmarlo, porque la película, una producción modesta, no tanto en su presupuesto como en sus pretensiones, funciona. Promete un par de horas de digno entretenimiento, y eso es lo que ofrece. Gwyneth Paltrow, Jeff Bridges o Terrence Howard secundan con acierto a la gran estrella de la película, un Downey Jr. al que hacía tiempo que no se le veía tan a gusto y eso la cinta, firmada por el también actor Jon Favreau (que aparece en la pantalla como el guardaespaldas del magnate), lo agradece. Contra la solemnidad de otros filmes del género, Iron Man promete una ligereza (que no se entienda como algo peyorativo) plagada de chistes, gags y bromas que, sumados a todo lo anterior, hacen de ella una forma más que interesante de pasar una buena tarde en el cine.

Robert Downey Jr. - Iron Man

A la vista de la excelente recaudación, sus promotores (Marvel, que se ha lanzado al fin a la producción y financiación de las adaptaciones de sus criaturas a la gran pantalla) prometen que habrá más. Aunque puede que no sea tan interesante como ésta (en el mundo de los superhéroes casi siempre prefiero las primeras entregas porque es en ellas donde nace el personaje), espero que Downey Jr. se mantenga sereno el tiempo suficiente para repetir el papel con el que podría, espero que esta vez sí, recuperar al fin su carrera, entre otras cosas para poder interpretar al mismísimo Hugh Hefner -al que encarna Stan Lee en Iron Man-, porque el señor Playboy le ha escogido para protagonizar un filme sobre él, aunque no sé si ha sido por sus virtudes ante la cámara o por sus andanzas detrás de ella.