Supongo que nacer el mismo día que se estrena La guerra de las galaxias es un acontecimiento capaz de marcar a cualquiera, aunque se trate del estreno en tu país, no del mundial, y no conozcas el dato hasta décadas después.
El hombre con el que comparto mis días me regaló este blog hace más de un año para que hablásemos de otra de las pasiones que compartimos, los libros, pero las ocupaciones, la desidia y, en confianza, la eterna duda de sobre qué escribir lo han mantenido deshabitado, cogiendo polvo todos estos meses.
Después de tanto tiempo, la verdad es que no sé por qué hoy he cogido el plumero para quitarle las pelusas, y tampoco puedo explicar la paradoja de que mis primeras palabras aquí nada tengan que ver con los libros, pero, en el día en que millones de personas celebran por todo el mundo el trigésimo aniversario de La guerra de las galaxias (aunque a los cines españoles no llegase hasta el 7 de noviembre del 77), quería desde aquí felicitarlos, felicitarnos a todos por esas tres décadas de sueños y emociones que nacieron en las páginas amarillas del cuaderno de un joven director.
Aunque en mi caso el hechizo vino de la mano de la (inocente e infantil, al menos al principio) pasión por Indiana Jones, no puse demasiada resistencia a dejarme arrastrar por la fiebre galáctica, convertida ya en epidemia años más tarde alentada por los amigos a los que conocí en la facultad (uno de ellos, el tipo al que me refería más arriba).
No sé a ciencia cierta qué fue lo que me decidió a hacerme periodista, pero sí sé que las ganas de contar historias y hablar a los demás de las cosas que me hacían vibrar fue uno de los factores determinantes. Ahora, unos años después, y aunque mi ocupación actual me ha alejado un poco de mis objetivos iniciales, no me arrepiento de ninguno de los caminos tomados, ni del profesional, ni del personal, en el que se incluye la sincera convicción de que mi vida sería hoy muy diferente (y mucho peor) si las vicisitudes de la familia Skywalker no hubieran salido nunca de aquellas páginas amarillas.