El sueño de Kafka

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Nighthare the nightmare, por Hababoon.

Abrió los ojos despacio, separando los párpados con el miedo que produce la sensación de que algo falla, de que algo está tan mal que te hará perder la razón. Poco a poco, deslizó la mano izquierda desde su tenso rostro, el cuello y el pecho en un malhadado viaje hacia el vientre. Allí se detuvo y, presa de un pánico creciente, palpó a izquierda y derecha, arriba y abajo, suave y fuertemente; algo no funcionaba al tacto, todo estaba normal y en el lugar donde debería estar. Sorprendido y aterrado, levantó la cabeza levemente, lo suficiente como para tener una panorámica completa de su cuerpo y poder así comprobar si lo que le decían las yemas de los dedos era cierto. Observó su anatomía una y otra vez, esperanzado y temeroso a un tiempo: todo estaba bien, demasiado bien quizá. Tras el enésimo repaso bajó de nuevo la cabeza hasta la plana y amarillenta almohada y sollozó mientras volvía a cerrar los ojos y se los cubría con las manos. Deseó volver a tener aquella pesadilla en la que todo se escapaba de la normalidad, en la que convertirse en algo repulsivo para todos hacía que se sintiera más libre de lo que nunca se había sentido, en la que lo normal no era más que un perverso sueño en el que siempre sintió que no encajaba. Sintió que las manos se le humedecían con las lágrimas y las apartó del rostro. Abrió los ojos y miró de nuevo hacia su cuerpo tumbado, rogando que sus sentidos le hubieran engañado la primera vez. Todo seguía normal.

La espera de Pedro

Pedro miró cansado hacia el cielo y se preguntó si, al fin, ese sería el día en que aparecería el lobo.

Fin

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Peter und der Wolf, Theatereigene Fassung