
Este año he seguido los premios con bastante distancia, resultado de la suma de las circunstancias personales de las que hablé hace unas semanas y otras de índole profesional que me privan de lo que más me gustaba de mi trabajo, que es bastante horrible: hacer cosas de Cultura (la cosa es un poco más larga, pero suponiendo que me quede algún lector no sé si le interesará que tengo que padecer a un inútil que debería estar en el paro -se salvó en el último momento porque alguien pensó que sería buena idea mandarlo donde estoy yo-, que básicamente ha decidido hacer lo que le salga de las narices y pasarse por la redacción sólo cuando le viene bien, literalmente, y que es especialista en temas culturales, una especialización que aún está por ver).
A lo mejor un día de estos le dedico un artículo similar al que escribí sobre otro superperiodista, pero ese no es el tema de hoy, aunque como siempre me he dispersado un poco. El caso es que he llegado a los Globos de Oro sin el chip premios activado (no en vano he quedado en un deshonroso 1.934º puesto en el Espoiler de Oro), aunque eso no quita para que quiera comentar un par de cosas al respecto, si a nadie le parece mal (por cierto, si alguien no sabe cómo quedó la cosa, aquí va la lista).
– Como ya comenté el año pasado, que haya candidatos españoles es informativamente un asco porque, ganen o pierdan, ocuparán titulares que merecerían otros. Sé que la culpa no es de actores, actrices o directores, sino de los medios de comunicación, que abundan y abusan del enfoque patrio y no dicen que Avatar ganó (o James Cameron, lo mismo da), sino que «Penélope Cruz y Pedro Almodóvar perdieron». Mal.
– El apartado porrazo a los medios de comunicación tiene una segunda parte: son ya muchos años y todavía no nos hemos enterado de que en los Globos de Oro hay categorías de Drama y Comedia, por lo que decir que Avatar es la mejor película es incorrecto, o al menos incompleto. Además de esa dualidad, también hay categorías de televisión, algo que hasta los teletipos (en sus crónicas, porque luego sí entran despieces al respecto) sistemáticamente olvidan.
– No sé si habrá muchos que hayan pillado el chiste, pero me parece muy gracioso que los Globos hayan premiado a James Cameron, el antaño rey del mundo, que batió todos los récords con Titanic y casi los de los Oscar y que ahora ha vuelto, tras doce años de silencio (narrativo), con una película técnicamente revolucionaria que ha hecho despegar las proyecciones en 3D, que arrasa en todo el mundo y que, suponiendo que el cine se esté muriendo (como dicen esos que nos quieren cerrar internet), podría salvarlo. (No, no he visto Avatar, pero El invitado de invierno sí, por si alguien quiere leer una crítica)
– Lo de Mad Men ya cansa (y no sólo porque no me enganche). Lo de Alec Baldwin, por mucho que me guste, también.
– Meryl Streep es muy grande. No he visto la película por la que ha ganado pero no importa. Se merece todos los premios que le quieran dar.
– Que hayan ganado The Hangover (si no la habéis visto, hacedlo), Up (y su música, firmada por el cada vez más grande Michael Giacchino -¿habremos encontrado al fin un heredero para John Williams?), Robert Downey Jr. y Michael C. Hall me congratula, por distintos motivos. Enhorabuena a todos ellos.
– Teniendo a dos de mis chicos nominados (George Clooney y Colin Firth) es mala suerte que gane un tercero, sobre todo porque entran más fotos del vencedor que de los candidatos, pero mis felicitaciones también para Jeff Bridges. (También estaba Harrison Ford, el primero de mi lista -bueno, el segundo, que luego Contradictorio se me enfada-, aunque sólo presentó un premio).
– Casi se me olvida. Si no habéis visto los globos de Mariah Carey, aquí los tenéis: