En uno de los textos incluidos en el volumen Catch as Catch Can, Joseph Heller habla del largo, complejo y tedioso proceso (por no llamarlo odisea) de la adaptación al cine de su obra maestra, Trampa 22. Y no por su culpa, porque desde el primer momento dejó claro que, una vez vendidos los derechos, aquello ya no era su problema. Cambios de estudio, de director, de guionista, problemas de producción… Pese a todo, la película llegó a los cines en 1970, firmada por Mike Nichols y con Alan Arkin en el papel del capitán Yossarian. Aunque no fue un bombazo de taquilla, sí que hizo que se disparasen las ventas de la novela. Esto es lo que dice Heller sobre el tema:
«During the summer after it opened I got a call from Dell Publishing saying that in the preceding six weeks Catch-22 had been the fastest-selling book they’d ever produced. Over a million copies were sold in those six weeks and it made the Times paperback best-seller list. That made me happy. And it also amused me, in a kind of sadistic way, because I knew that many of those million copies had been bought by people who wouldn’t be able to get past page six or eight. But that didn’t bother me, because I get the royalties anyway —people don’t have to read it, just buy it— and it’s nice to get money from the people who make millionaires out of Harold Robbins and Jacqueline Susann».
No le importa si quien la compra se la lee o no (de hecho, le hace gracia pensar que muchos de los que la empiecen no pasarán de la página seis u ocho), lo que le importa es que la compren, porque así es como gana dinero. Es curioso leer a un autor reconocer lo que otros muchos también pensarán pero no se atreverán a admitir.