LOCKE: You read Hemingway?
GALE: Sure, guy ran with the bulls, fought in the Spanish Civil War, stuff I can wrap my brain around. This is I can’t get through 5 pages of [indicating the Dostoevsky novel].
LOCKE: Well, Dostoevsky had his virtues, too. He was a genius, for one. Bullfighting isn’t everything.
GALE: So, which one are you?
LOCKE: I’m sorry?
GALE: Are you the genius, or are you the guy who always feels like he’s living in the shadow of a genius?
LOCKE: I was — I was never very much into literary analysis.
GALE: I just don’t understand why you let the doctor call the shots.
LOCKE: No one calls the shots. Jack and I make decisions together.
GALE: Right, okay. — My mistake.
[Locke leaves the armory, starts to do the dishes, and then loses his temper, swiping all the dishes on the counter to the ground. Gale in the armory listens.]
El prisionero Ben… Henry Gale, que desde su aparición en escena no hace más que preguntar cosas a todo el que se le pone a tiro (¿no estará tratando de recabar información? A ver si va a ser un Otro…), prueba ahora un nuevo juego: sacar de quicio a Locke. Y no se le da mal. Tendrá sobradas ocasiones de perfeccionar su técnica en el futuro…
Mientras, en el mundo fuera de la escotilla, Claire se lanza a recordar qué es lo que le pasó esas dos semanas en las que estuvo en manos de los Otros. Sus recuerdos la llevan a otra estación Dharma, desmantelada, en la que el difunto Ethan le inyectaba algo en la barriga. Y alguna cosa más, porque la pobre se pasó esas dos semanas drogada perdida.