Homenajes, estrellas, premios y el DeLorean
En un mundo ideal, Perdidos ganaría cualquier premio al que se presentase, los Emmy serían más justos, Alfred Hitchcock se habría ido con unos cuantos Oscar en su bolsillo, Bill Murray tendría alguno (y Roberto Benigni no) y Katharine Hepburn habría superado la media docena (y así la Academia de Hollywood no tendría tanto miedo a darle otra estatuilla a Meryl Streep). Pero no vivimos en un mundo ideal, y las entregas ‘oficiales’ de premios suelen ningunear todo aquello por lo que los espectadores, que al fin y al cabo son los que mantienen el circo en pie, sienten predilección.
Por suerte hace tiempo que las academias e instituciones variadas dejaron de ser las únicas con derecho a conceder premios, y en los últimos años han sido muchos los que se han animado a poner en marcha convocatorias en las que son los espectadores, y no los supuestos expertos, los que reconocen la labor de profesionales del cine o la televisión.
Los Scream forman parte de esa nómina de premios ‘populares’. Nacidos hace cuatro años en el canal del grupo MTV Spike, los Scream Awards rinden cada año homenaje a lo mejor de la fantasía, la ciencia-ficción, el terror y los cómics en una gala a la que los invitados no acuden con modelitos de Versace o Armani, sino ataviados con sus mejores, más terroríficos e insólitos (y a veces desconcertantes) disfraces. Y aunque también hay ovaciones y largos aplausos, lo más habitual, como su propio nombre indica, son los gritos.
En los Scream Awards 2010 hubo premios y avances de lo que veremos en los próximos meses y también unos cuantos homenajes. Pero uno de ellos destacó sobre los demás. Aprovechando el 25º aniversario de su estreno y su salida al mercado en Bluray, la gala rindió un emotivo tributo a Regreso al futuro, una de las series más queridas por espectadores de casi todas las edades -especialmente si tienen treinta y tantos o cuarenta y pocos- y cuya mención suele venir acompañada de un arrebato de nostalgia y alguna frase del tipo “ya no se hacen películas como esas”.
Para recordar las andanzas temporales de Marty McFly, Spike volvió a rodar el tráiler original de la primera entrega y reunió sobre el escenario a Michael J. Fox, Christopher Lloyd y al coche que los unió a los dos, el DeLorean. Seguramente el coche no sería más que una réplica del original, que sale a subasta este mes, pero volver a verlos a los tres juntos fue un momento especial que, unido al clip de la película que proyectaron, seguro que hizo derramar alguna lágrima a más de uno.
En el mundo ideal del principio Michael J. Fox tampoco tendría parkinson, pero lo tiene, y tan avanzado que se prodiga poco en público. Por eso fue tan emocionante volver a verle pese a que sólo pudiera aguantar un par de minutos sobre el escenario. Junto al DeLorean, cuyo precio oscila entre 80.000 y 100.000 dólares, también saldrán a la venta otros objetos de la serie, como la chaqueta autoajustable. Los beneficios serán para la fundación de Fox contra la enfermedad que padece.
El DeLorean no fue el único vehículo que se subió al escenario. También lo hizo -al menos una parte- el Oceanic 815 (y Jimmy Kimmel, portavoz de la serie), para darle la última despedida a Perdidos. Henry Ian Cusick, Ian Somerhalder, Carlton Cuse y Damon Lindelof fueron algunos de los miembros del equipo que acudieron al homenaje y Jorge García habló en nombre de todos. “Es estupendo estar en una entrega de premios que nos quiere”, dijo, y una vez más vimos el ojo de Jack abrirse y cerrarse. Perdidos no logró el premio a la Mejor Serie, que fue para True Blood, pero Matthew Fox sí vio su trabajo reconocido.
True Blood fue una de las triunfadoras de la noche, porque dos de sus protagonistas (Anna Paquin y Alexander Skarsgård) se fueron con premio a los mejores intérpretes de terror (además, logró el premio a la Holy Shit Scene of the Year (la secuencia más desconcertante, por un impetuoso y retorcido encuentro sexual en el que interviene Stephen Moyer).
Si True Blood reinó en la pantalla pequeña, Inception (Origen) lo hizo en la grande. Para el filme de Christopher Nolan, presente en la gala, fueron el Ultimate Scream, el Mejor Filme de Ciencia-Ficción, Mejor Actor de Ciencia-Ficción (Leonardo DiCaprio), de Reparto (Joseph Gordon-Levitt), Revelación (Tom Hardy) y a la Mejor Lucha. En el apartado de Terror la ganadora fue Zombieland, que además recogió (de manos de Bill Murray) los trofeos al Mejor Cameo y al Reparto mejor ensamblado.
En el de Fantasía, como era de esperar, triunfó Crepúsculo (Mejor Filme para Eclipse y premios de interpretación para Kristen Stewart y Robert Pattinson), y el premio a la mejor cinta del año en 3D (y el de efectos visuales) fue para James Cameron y su Avatar. No triunfó en los galardones mayores, pero el reparto de Iron-Man 2 no se fue de vacío. Robert Downey Jr. fue elegido Mejor Superhéroe, Mickey Rourke Mejor Villano y Scarlett Johansson Mejor Actriz de Ciencia Ficción.
Además de cine y televisión los Scream Awards premian también a los cómics más sobresalientes del año, y en esta ocasión dictaminaron que The Walking Dead era el Mejor Cómic, Geoff Johns el mejor guionista, Frank Quitely el mejor artista y Kick-Ass la mejor película adaptada desde un cómic.
Entre la extensa nómina de los premios (una treintena) hubo sitio para reconocer la mutilación más memorable y hasta para escoger a la peor película del año (Piranha 3D). Y si se puede medir el desagrado, también se puede cuantificar la expectación, y por eso el último galardón de la noche fue para gritar que la película que se espera con más ganas es la Linterna Verde que dirige Martin Campbell y protagoniza Ryan Reynolds, que agradeció un premio “más gratificante que un ‘a quién demonios le importa” cuando apareció en el escenario tras una enorme luminaria (verde, claro).
Avances y exclusivas
Además de una ocasión para premiar a los mejores del año y para homenajear a los favoritos de los fans, los Scream Awards son un fastuoso escaparate en el que las productoras y distribuidoras proyectan avances de algunos de los títulos más esperados por los espectadores. Así, Rainn Wilson presentó un vídeo de su último trabajo, Super, de James Gunn (y de paso compartió -de modo bastante gráfico- con el respetable lo poco que le gustó Life as we know it, la enésima comedia romántica protagonizada por Katherine Heigl), mientras que parte del equipo de Scream, con David Arquette, Neve Campbell y el gran Wes Craven a la cabeza, llevaron a la gala un pequeño aperitivo de la cuarta entrega de la serie, en la que entran en nómina -probablemente en la de víctimas- cuatro mujeres muy conocidas por sus apariciones en la pequeña pantalla: Mary McDonell (la presidenta Roslin de Battlestar Galactica), Kristen Bell (Veronica Mars), Anna Paquin (True Blood) y Hayden Panettiere (Héroes).
Menos estruendosa, pero más sobrecogedora (aunque no tanto como el clip de Paranormal Activity 2), fue la aparición de Sir Anthony Hopkins, que introdujo el tráiler de su filme The Rite -basado en un exorcismo real al que tuvo que enfrentarse el sacerdote al que interpreta- advirtiendo de los peligros que acechan en las sombras y de lo frágil que es el equilibrio entre la luz y la oscuridad. Oscuridad, y mucha, hay en Las cenizas de la muerte, el capítulo que cierra la historia de Harry Potter, de cuya primera parte vimos también un adelanto. Pero no todo fue cine. En el apartado de adelantos se colaron también los zombis de Walking Dead, que debutaban en la cadena AMC sólo unos días después y a los que los amantes de la sangre (y los seguidores del cómic de Robert Kirkman y Tony Moore) esperan ansiosos desde hace meses. [La foto es de un desfile de zombis que promocionaban la serie en San Diego, en la Comic Con]
La heroína y el antihéroe
Ha lidiado con aliens, dioses de otros mundos, Bill Murray, malvados tiranos atrapados en cuadros y hasta con James Cameron. Y siempre ha salido airosa, motivo más que suficiente para que los Scream Awards homenajeasen con el premio a la Heroína a Sigourney Weaver, que fue presentada por su amigo Cameron y que hizo su aparición en el escenario encerrada dentro de un gigantesco huevo de Alien. Weaver, que reconoció que gritó cuando la organización la llamó para comunicarle el premio, mostró su agradecimiento con un breve y emocionado discurso plagado de palabras malsonantes que fueron suprimidas en la emisión televisiva.
Si Sigourney Weaver fue la heroína de la noche, el título de antihéroe se lo lleva, por méritos propios, otro grande, Bill Murray. El actor apareció en el escenario (fue subido por un elevador oculto bajo una trampilla) vestido, y esa es la noticia, con su uniforme de Los cazafantasmas (“Buscaba algo limpio que ponerme y sólo encontré esto”, se justificó). Pero Murray no habló de Los cazafantasmas, ni de la tantas veces pospuesta tercera entrega, en la que parece que sí participará (Dan Aykroyd la está escribiendo y jura que es buena). El actor estaba allí para recoger su premio al Mejor Cameo por su aparición en Zombieland. Murray agradeció los premios a ese público que siempre está ahí “cuando más os necesitamos” y aprovechó la ocasión para recordar a algunos de los compañeros de profesión que ha perdido, como “John Belushi, John Candy… y Mickey Rourke”, que le escuchaba sentado entre el público. Por desgracia no pudimos ver juntos sobre el escenario a Murray y Weaver (que todavía no hay confirmado si estará en Cazafantasmas 3), pero sí se encontraron entre bambalinas. Y siguen haciendo buena pareja.
¡Articulazo! 😉 Mis agradecimientos de nuevo, la verdad es que te quedó genial. Y la imagen de Christopher Lloyd y Michael J. Fox ha encantado a todo el mundo. 🙂 Un saludo!
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Gracias, jeje. El momentazo Marty-Doc fue lo mejor de la noche (ni siquiera Bill Murray vestido de faena lo pudo superar). Tierno y emocionante. Y a quien no se le escapase una lagrimita, como diría Alexliam, es que está «muerto por dentro», jeje. Un saludo!
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