Probablemente a nadie le importe por qué una persona concreta fue o no a la huelga general, pero me resigno a ser un número que unos y otros coloquen en este o aquel grupo a su conveniencia y además tengo un blog en el que poder contar cosas como esta.
Las fotos y los vídeos que acompañan este texto proceden de este hilo de Foro coches, donde hay unas cuantas razones más para no haber ido a la huelga, como estos piquetes informativos que comunican al trabajador que conduce su furgoneta lo mala que es la reforma laboral y lo conveniente que resultaría que se uniese a la protesta:
O este otro piquete que informa a los propietarios (o dependientes, no lo sé) de una tienda 24 horas, con amabilidad, de lo mucho que están haciendo los sindicatos para defender los derechos de los trabajadores:
Por mucho que los sindicatos insistan en que la huelga general fue un éxito, creo que fue un fracaso. Hay quien habla de huelga a medio gas y eufemismos así, pero si una huelga general no logra parar un país no sirve de nada. Pero claro, a las diez de la mañana, repito, a las diez, con los comercios a medio abrir, los colegios recién abiertos y sin saber qué iba a hacer la gente que, como yo, trabaja por la tarde, los representantes sindicales ya hablaban de un 71% de seguimiento. De locos. A los sindicatos sólo les importa el sector industrial, y a ellos redujeron sus cálculos. Con todos mis respetos para quienes trabajan en la industria, eso es sólo una parte del tejido productivo español. La mayoría de los españoles no trabajamos en grandes fábricas ni en cadenas de montaje de automóviles, pero para los sindicatos no somos importantes. Ni tampoco los autónomos, que no estaban convocados al paro (será porque los consideran empresarios y aunque tengan a su cargo a uno o ningún trabajador los meten en la misma cesta que al sinvergüenza de Díaz Ferrán; por cierto, señores empresarios: ese tipo no puede representaros; mancha la imagen de todos).
Yo no estoy a favor de la reforma laboral, ni de la política económica de Zapatero. La reforma es un disparate y las medidas del Gobierno en general una cadena de despropósitos que nos están metiendo en un pozo del que vamos a tardar unos cuantos años en salir. Pero a pesar de no estar de acuerdo no voy a mover un dedo por estos sindicatos de salón que han estado dos años largos callados como putas, poniendo la manita para recoger sus subvenciones (y sus compensaciones por intervenir como asesores en los ERE) y riéndole las gracias al Gobierno. Cuando al fin se decidieron a hacer algo era ya tarde, porque en estos dos años largos han perdido toda la credibilidad que pudieran tener, tanta que la gente se preguntaba (lo he leído muchas veces en los comentarios de los lectores en mi periódico) cuántas huelgas generales le habrían montado a un Gobierno del PP con la que está cayendo.
Los sindicatos convocaron la huelga general cuando la reforma laboral estaba más que aprobada, y lo hicieron tres meses después (lo lógico habría sido llevarla a cabo cuando la ley se estaba desarrollando, como medida de presión). Puede que haya quien no esté de acuerdo conmigo, pero yo creo que más que una protesta, lo que Méndez y Toxo buscaban era un baño de masas, una reválida, una demostración de fuerza ante una ciudadanía que no confía en ellos (habría que ver si lo ha hecho alguna vez).
En las semanas previas a la huelga hemos visto al dúo de sindicalistas más que en los dos años largos de crisis que llevamos. Mañana, tarde y noche han estado en radios, teles y saraos diversos (hasta en La Noria) movilizando a los ciudadanos y diciendo estupideces como que «el derecho de huelga prevalece sobre el derecho al trabajo» (Méndez). Pues no, señor Méndez, no es así. Los dos son derechos equiparables y, por tanto, uno no puede prevalecer sobre el otro. Nadie puede decirme si debo hacer huelga o ir a trabajar, y defender que los piquetes son necesarios para vencer a los empresarios que amenazan a sus trabajadores para que no vayan a la huelga es otra estupidez. Habrá excepciones, pero los piquetes que vemos en las fotos y vídeos y que hemos visto en televisión y en la Red no informaban.
Evidentemente no critico a quienes decidieron voluntariamente hacer huelga, como no critico a quienes fueron a trabajar. Sólo critico a los salvajes que amenazaron a unos y otros y que les impidieron ejercer sus derechos. Y también a estos sindicatos de chiste que se supone nos representan y a los que dentro de no mucho veremos sonrientes en una foto de familia con el Gobierno.
Entre los representantes sindicales de la empresa en que trabajo teníamos -hasta hace poco- a algunos de la CGT, que me temo son los de la foto de la furgoneta. La experiencia con estos anarko-yupi-sindicalistas en la empresa en que trabajo fue de las peores, claro como luego pueden excusarse en la típica frase «a ti el empresario ya te ha lavado el cerebro» cuando les recriminas… dijo el que se dejó buena parte de él en casa (derecho a la huelga de pensamiento supongo). Los sindicatos saben decir 'esto se está haciendo mal' lo cuál es bueno, el problema es que para todas las horas que gastan en asuntos sindicales quedarse sólo ahí es muy pobre, habría que exigirles que cada año presentaran al gobierno un detallado plan de acción para mejorar la sociedad (ya que la oposición tampoco es que eche una mano, vamos que aquí no echa una mano ni Dios). En fin, si la Wikipedia dice que el estado del bienestar es un concepto político pues así nos va ir con esta calaña de gobernantes y sindicatos. Si yo tuviera una escoba…
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Hola, Rafilla, cuánto tiempo sin saber de ti 😉
Tienes toda la razón. Hoy en día, tal como están concebidos, los sindicatos que tenemos no sirven para nada. Pero si dices eso eres un facha y otras barbaridades por el estilo.
En la empresa de mi marido anunciaron en abril que iban a hacer un ERE. Fueron a CCOO a ver si les podían echar un cable y les dijeron que si iban a la manifestación del 1 de mayo con su correspondiente pancarta (del sindicato, claro) les 'tendrían en cuenta'.
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Mi experiencia es que el liberado sindical es un jeta en la mayoría de las ocasiones. Lo que más me alucina es lo de los piquetes, que se creen con derecho a imponer a la gente lo que les da la gana, y que tienen patente de corso para faltarle el respeto a todo el mundo e incluso saltarse la ley. Va a piquetear como si la calle fuera suya. Eso, de toda la vida, se ha llamado fascismo.
Yo quiero ver una huelga general sin piquetes, donde los pequeños empresarios no cierren sus negocios por miedo a los cafres de turno.
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Se puede decir más alto, pero no más claro. Yo tampoco hice huelga, exactamente por el mismo motivo que tú: no estoy de acuerdo con la reforma laboral, pero mi desprecio hacia los sindicatos tuvo mucho más peso en mi decisión.
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David: Lo de los piquetes es vergonzoso. A ver cuántos pequeños comercios, como dices, hubieran cerrado por propia voluntad. Con estos sinvergüenzas por las calles no puede haber datos fiables de ningún paro. Y que los sindicatos los amparen, a ellos y a los casi siempre deleznables liberados, es otro motivo más para despreciarlos.
Invitado de invierno: Los sindicatos que tenemos deben replantearse ya su papel, su forma de actuar y en cierto modo su existencia. Hoy por hoy, no sirven para nada, pero como creen que la huelga fue un éxito no van a hacer la menor autocrítica. Y es una pena, porque los sindicatos son necesarios, pero esto no son sindicatos ni nada. Si hubiese un referéndum sobre ellos o en la declaración de la renta viniese una casilla, como la de la Iglesia, para financiarlos, en lugar de tener que pagarlos entre todos por narices, veríamos lo que duraban.
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hola:cafrerias a parte por parte de gobernantes sin cultura por un lado y sin esccrupulos por otro, por sindicatos radicales y por otros + vendidos; Las huelgas se deberian hacer por principios, por decencia,por dignidad y porke es un derecho como otro cualquiera que como otras ventajas nos ha costado muchos lustros lograr,y si no las hacemos por nosotros deberiamos hacerlas por nuestros hijos.
Pero klaro en este pais no nos gusta ke a nuestro vecino le vaya mejor ke a nosotros….alla cada uno
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