Introducing: My (first) iPad

Sam Neill en mi iPad

[Este es el iPad que me compré en San Diego (California). Ya sé que es seguro contra los ataques, los virus y esas cosas, pero por si acaso tengo al doctor Alan Grant de guardia con su arma favorita, la bengala, para prevenir cualquier asalto.]

Desde que lo presentó Steve Jobs, quise un iPad. En realidad, hace bastante tiempo que quería algo parecido al iPod Touch, mucho más cómodo y versátil que un ordenador, por pequeño que sea. Pero me aguanté. Para ciertas cosas soy bastante poco impulsiva, y también lo fui con respecto al iPad, que no pensaba comprarme enseguida. Escarmentada con el affaire Touch (le regalé uno -de la primera generación- a Contradictorio y diez días después Apple sacó uno nuevo, mejor y más barato, como de costumbre, y ahora el pobre tiene una reliquia que va muy bien pero a la que no le puede actualizar el sistema operativo; voy a tener que regalarle otro), decidí esperar al siguiente modelo. Pero este verano íbamos a California, y la tentación de comprarme el cacharro algo más barato que por aquí fue demasiado fuerte. Así que me lo compré, no sin algunos problemas.

Como sabréis los que sigáis en San Eustaquio el errático (sobre todo por lo que estoy tardando en escribirlo) relato de nuestro viaje por tierras californianas, nuestro punto de partida fue San Francisco. Allí ni siquiera preguntamos por el iPad, pese a que estuvimos en una de las tiendas Apple de la ciudad.

La idea era comprarlo más adelante y ahorrarle al cacharro el calor que a buen seguro íbamos a pasar atravesando el desierto rumbo a Las Vegas. También estuvimos en Cupertino, y tampoco allí intentamos comprarlo. Ni en Los Ángeles, donde ni siquiera fuimos a tiendas Apple (íbamos a ir a la de Pasadena, pero se nos hizo tarde y la pillamos cerrada).

Pero en Las Vegas sí preguntamos, porque empecé a temer que, si lo dejábamos para el último día, igual me iba a ir sin poder comprarlo. Y preguntamos en la Apple Store de la galería comercial del Caesar’s Palace. No lo tenían y tardarían al menos dos semanas en tenerlo. Al día siguiente fuimos a un centro comercial a la entrada de la ciudad (o a la salida, más allá del Welcome to Fabulous Las Vegas), Town Square (un centro abierto, en julio, en el desierto, en el que, como es de suponer, hacía un calor del demonio), donde tampoco lo tenían.

El viaje llegaba a su fin y ya sólo nos quedaba San Diego. Allí preguntamos en un reseller cerca del Centro de Convenciones. Nos volvieron a decir lo de las dos semanas y que no lo había en ninguna parte. Quizás lo tengan en Nueva York, nos comentaron. Pero no íbamos a ir allí (haríamos escala, pero sólo veríamos el JFK, igual que a la ida), así que me resigné a irme sin el iPad.

De todas formas, Contradictorio propuso ir a otra tienda Apple, que estaba relativamente cerca de nuestro hotel de San Diego, para preguntar una vez más y, si no, llevarme un Touch (menos mal que no lo hice porque ahora mismo me tiraría de los pelos). Y allí fuimos, en nuestro último día en California. Llegamos a la tienda (muy cerquita de otra de Microsoft, que no pueden negar en quién se han inspirado…) y preguntamos, sin esperanza. «Sí, tenemos el iPad». «Really?», pregunté yo. «¿Todos los modelos?». «Sí, todos».

Indiana Jones en mi iPad


















[Si la cosa se pone fea, tengo también a Indy siempre a mano, aunque no tan a mano como me gustaría…]

Y esa es la historia de cómo llegó mi primer iPad a mis manos, uno de 16GB, sólo con WiFi. Puede que me dure toda la vida o puede que no, por eso digo que es el primero. Otro día cuento las aplicaciones que tengo instaladas, por si le son a alguien de utilidad, y también para qué lo uso, para demostrar, como dicen en Usa tu iPad, que «no es sólo un objeto bonito». Yo por ahora estoy encantada con él.

10 comentarios sobre “Introducing: My (first) iPad

  1. El Touch nuevo tiene muy buena pinta, la verdad. En estas cosas, como en casi todo, es cuestión de encontrar lo que mejor se adapta a lo que cada uno quiere y necesita. En mi caso es el iPad; en el de Contradictorio, por ejemplo, el Touch (probablemente caiga también uno nuevo por aquí).

    Gracias por pasar por aquí y un saludo!

    Me gusta

  2. Kalimero: Aunque digo que lo quise enseguida, al principio estaba un poco reticente, pero cuando lo toqué me enamoró. Además, como decía en el comentario anterior, todo esto de los artilugios depende de lo que quieras o necesites. Para navegar es mucho más cómodo que un ordenador, y en mi caso su faceta de lector de libros me resulta útil por motivos personales y académicos, porque tengo que leerme muchos libros que a veces me compro y otras no (la mayoría son libres de derechos), y leer en el ordenador es un tostón. Para ver vídeos tampoco está nada mal, ni para perder el tiempo con los cientos de jueguecitos chorra pero sumamente adictivos (y otros no tan chorra) que hay. Incluso lo de escribir no es tan incómodo como podría parecer, sobre todo cuando te acostumbras a no aporrear el teclado 😛

    Además, hay otras muchas cosas que se pueden hacer con un iPad, pero eso se lo dejo a los guruses. Yo, aunque me hayan endosado un blog de tecnología, no soy más que una humilde internauta.

    Me gusta

  3. Llegó un punto en que se convirtió casi en una misión. Además, salvo la que estaba a las afueras de Las Vegas y la de San Diego, las demás nos las encontramos por el camino. Hay que tener en cuenta también que a nosotros, sobre todo a Contradictorio, no nos cuesta nada ir a cualquier tienda Apple…

    Me encantaría saber cómo le ha cambiado la vida a tu madre, por cierto 😉

    Me gusta

  4. Mi madre es ahora más comunicativa, en contraposición es menos sociable. A ver cómo te lo explico, si está con su iPad y no quiere enseñarte nada, ni te habla. Si quiere que veas algo de su iPad, te aseguro que lo verás. Aparte con 62 años le habla casi a diario a sus amigos de Facebook pero desde un ordenador no sabe entrar siquiera. Es una campeona se ha pasado ya todos los juegos XD En serio no todas las madres de 62 años se llevan tan bien con el iPad

    Me gusta

  5. ¡Qué bueno! Es que el iPad es mucho más intuitivo que un ordenador, y puede que la gente le tenga menos miedo. Hay por ahí un vídeo de una señora de tropecientos años que en su vida había tocado un ordenador que se hace con él enseguida. Para esos casos es una opción ideal. Me alegro de que tu madre lo disfrute 😉

    Me gusta

  6. Mi madre con su iPad, pero ya le daba a TODOS los juegos en el Mac. Ahora tenemos la versión mini: mi sobrina con poco más de 2 años y desde que no tenía ni los 2 manejando a la PERFECCIÓN el iPod Touch de su madre. Alucinante. Porque lo tengo prohibido, si no, te enviaba un video de la criatura jugando a los bolos con el touch

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.