Prince of Persia (¿alguien sabe por qué no se le ha puesto directamente Príncipe de Persia? Porque este es uno de esos casos de conservación del idioma original que no comprendo. Para una vez que hay una traducción clara…) la vi en el cine, en una sesión golfa, con mi padre y mi hermano (hacía como siete u ocho meses que no iba al cine, varios años -puede que otros siete u ocho- que no lo hacía en una sesión golfa y directamente no recuerdo cuándo fue la última vez que fui con mi familia -entonces estaba también mi madre-). La elección de la película fue más por eliminación que por otra cosa. Las opciones planteadas por mi hermano, líder de la excursión, eran la susodicha, Robin Hood y Dorian Gray. Esta última la tenía en casa y prefería verla en versión original (algo que en aquel momento era inviable) y de ningún modo iba a ver Gladiator de los Bosques la versión de Ridley Scott de Robin Hood (ya tenemos la de Errol Flynn y la de Kevin Costner -cada una en su estilo-, y hasta Robin y Marian; ¿era necesario hacer otra más?).
Y por eliminación nos metimos a ver Prince of Persia. Una vez más me planté ante una película sin saber muy bien de qué iba la cosa (conocía el videojuego, aunque nunca he jugado, y que Jake Gyllenhaal se había metido en un gimnasio y se había dejado el pelo largo, pero nada más). Y el primer impacto fue encontrarme a Richard Coyle (uno de los de Coupling, probablemente el más pirado, aunque ninguno anda muy allá) en el papel de príncipe y futuro rey de Persia:
A pesar de que algunas secuencias puntuales me resultaron un poco largas, es una película de aventuras la mar de entretenida, con una historia interesante (quienes sí conocen los videojuegos dicen que se han dejado por el camino buena parte de la carga mitológica de la historia, aunque a mí me gustó lo que vi) y unos personajes solventes, especialmente la pareja protagonista, que funciona bastante bien, y el de Alfred Molina y sus avestruces (Ben Kingsley está un poco pasado para mi gusto, aunque tampoco sé si se basa en el videojuego o si es culpa del director, Mike Newell).
No es La momia de Stephen Sommers (ni ningún clásico, por eso menciono un título cercano en el tiempo, el estilo y el espíritu), pero creo que Prince of Persia podría encuadrarse en la misma categoría, la del cine de aventuras que no confunde entretener con tomar al espectador por tonto.
PD: Acabo de ver que en el tráiler (que tampoco había visto) destripan la historia de la daga (y la de los Hassesins -¿se escribe así?-). El que lo ha hecho es idiota.
A mí la peli me gustó mucho. Me pareció muy entretenida.
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A mí también me lo pareció. Me esperaba un tostón porque ya digo que fui medio obligada, así que no me puedo quejar 😉
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