Mi madre murió el 29 de noviembre, con 53 años y cuatro después de que le extirpasen su primer tumor. Se ha ido nueve meses después de su padre (mi abuelo) y tras un último año horrible y unos últimos meses directamente infernales. Hasta un par de semanas antes de su fallecimiento, tras insistentes peticiones de información a su oncóloga (prueba de que Wilson es sólo un personaje de ficción), no supimos lo grave que estaba, ni que la operación de agosto no fue tan exitosa como nos contaron, ni que la durísima sesión de quimioterapia a que la sometieron (y de la que nunca se recuperó) fue innecesaria, ni que no se iba a poner bien, ni que le quedaban solamente unos meses de vida. Pero también se equivocaron en eso (o nos mintieron, lo mismo da), porque murió dos semanas después.
¿Cómo estoy? No sabría decirlo. Triste, vacía, enfadada. Puedo entender que en algún sitio estuviera escrito que tenía que morir el 29 de noviembre de 2009, pero no que tuviera que pasar por todo eso antes de irse. No creo que logre olvidar que la vi morir, que sostuve su mano mientras agonizaba (aunque estaba tan sedada que no se daría cuenta), que besé la frente de aquel cuerpo inerte que ya no era mi madre, que cargué sobre mis hombros el féretro que lo contenía y que llevé la urna con sus cenizas al nicho en el que lo depositamos.
Ha pasado casi un mes, pero todo aquello sigue pareciéndome irreal, que no ha pasado de verdad, o que lo hizo hace tanto tiempo que ya no puede hacer daño, o que le pasó a otro. Pero pasó hace muy poco, y me pasó a mí, a mi familia, a nosotros, y aunque trate de convencerme de que estoy bien, aunque diga a quienes me preguntan que lo estoy, que irá pasando poco a poco y que sólo a veces paso malos ratos, la verdad es que no lo estoy. En nueve meses he perdido a dos de mis tres personas (no es que no quiera al resto de mis familiares, ni a mis amigos, pero no es lo mismo). Ahora sólo me queda Contradictorio (siento abrumarte, pero es lo que hay).
Gracias a todos los que estos días me habéis apoyado y arropado, ya fuera por teléfono, SMS, correo o en persona (sé que te debo una llamada, Marisa; pese a que lo parezca, no lo he olvidado), gracias por todos esos abrazos y besos reales y virtuales que aunque el remitente pueda pensar a veces que de nada sirven la verdad es que ayudan, y mucho. Gracias.
Sé que no debo dar explicaciones por ninguna de mis ausencias aquí, ni siquiera cuando son tan prolongadas, pero esta vez necesitaba hacerlo. En este tiempo he seguido viendo películas y series y leyendo (tanto libros como lo que escribís todos aquellos a los que sigo, aunque apenas haya comentado nada), a menudo con el único propósito de tener la cabeza ocupada. Pero ahora mismo no me apetece comentar nada de eso.
Entre otras muchas cosas, estos días he pensado en dejar de escribir. Aún no sé si seguiré haciéndolo, pero sí que necesito un poco más de tiempo para volver a la normalidad (en mi vida cotidiana tengo que estar bien, pero aquí no tengo por qué fingir). Antes de eso tengo que despedirme de mi madre, como ya lo hice de mi abuelo, con una historia alegre, optimista y que acabe bien, como le gustaban a ella, algo libre de toda esta amargura y que podría titularse Un lugar mejor. Últimamente he perdido la fe en muchas cosas, pero necesito seguir creyendo en que después de esto hay algo más, que hay un lugar mejor donde se compensa y recompensa el sufrimiento de las personas buenas. La alternativa es que todo su dolor fue inútil. Y no puedo creer eso.
Lo siento mucho y te acompaño en el sentimiento.
En cuanto a lo de la gravedad, te comprendo por una experiencia similar con un familiar cercano, cuando le hicieron la última operación nos dijeron que todo salió bien, le pusieron una quimioterapia fortísima, sabiendo que como mucho iba a vivir un año más.
Me gustaMe gusta
Hola Mninha!
Sólo puedo decirte que lo siento mucho y que lo primero en este momento eres tú y lo que tú necesites será lo mejor.
Un abrazo muy fuerte.
Me gustaMe gusta
Mis más sinceras condolencias, Mninha, de verdad. Haz lo que te pida el cuerpo, lo que tú necesites, es normal que estés tan mal, yo creo que me volvería loca, sinceramente. Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Muchos besos, nena. Son solo palabras… pero muchísimo ánimo.
No te diré todo lo que te quiero porque lo sabes.
Al.
Me gustaMe gusta
Un beso muy fuerte, Sue. Y ánimo. J.
Me gustaMe gusta
Gracias a todos por vuestras palabras y un abrazo a todos.
@satrian: Soy incapaz de comprender cosas así. Si saben que poco se puede hacer ya, para qué hacen sufrir más al enfermo. Además, si saben que no te vas a poner bien, por qué no te lo dicen. Creo que es algo a lo que todos deberíamos tener derecho.
@Gargon y Drea: Ahora mismo lo único que me apetece es meterme en la cama, con la cabeza tapada con una manta, y dormir hasta que todo esto pase, especialmente hasta que pasen las fiestas. Pero es algo poco factible, así que trataremos de que pase lo antes posible.
@PayoAl: Las palabras sirven, y los abrazos. Lo sé, niño, yo también a ti.
@J: Otro para ti. Gracias.
Me gustaMe gusta
Un abrazo y ánimo. Por lo que me ha tocado vivir, sé que en circunstancias como éstas surge, no me preguntes por qué, una fuerza dentro de nosotros que nos empuja a seguir adelante, a reafirmar nuestra consciencia en lo que somos y a dar un sentido nuevo a todo lo que hacemos. Cuídate mucho.
pmerino
Me gustaMe gusta
No sé si es fuerza o qué, pero al final uno sale adelante, tal vez porque no tiene más remedio, y en eso estoy, y también en, como dices, replantearme ciertas cosas.
Gracias, niño. Un abrazo y cuídate tú también.
Me gustaMe gusta
Yo estoy segura de que cuando pase el tiempo que tiene que pasar, el que necesites, el que tú quieras…, volverás a escribir. Porque la escritura te llena. Tu mejor baza siempre ha sido el entusiasmo en todo lo que escribes, y ese gusanillo no nos abandona tan fácilmente. Gracias por lo generosa que has sido siempre compartiendo tus pensamientos y emociones con nosotros. Ánimo y hasta la próxima vez que hablemos…
Te quiere,
Marisa
Me gustaMe gusta
Gracias a ti, Marisa. Eres un cielo y has logrado que se me salten las lágrimas, maldita 😉
Yo también te quiero, niña. Besos.
Me gustaMe gusta