Que me vendría bien pasar por el diván de un psicólogo, un psiquiatra o ambos lo sabe todo el que me conoce, pero por si acaso quedaba alguna duda aquí va otra muestra de las peculiares historias que perturban mis sueños:
La cosa se desarrollaba en Córdoba, adonde había ido para la presentación del corto de un director cordobés. Hasta aquí vamos bien. Córdoba es mi ciudad natal, soy periodista y antes trabajaba allí y hacía ese tipo de cosas. El corto en cuestión es un musical. Raro, pero factible. Y el tipo ha conseguido fichar a un reparto estelar que incluye, como compruebo en primer lugar, a Shirley MacLaine, con la que estoy un buen rato hablando de la obra en cuestión, del rodaje y cosas similares.
Por si la cosa no se había puesto lo suficientemente insólita, en la pieza no sólo aparece Irma la dulce, sino también Hugh Laurie y Stephen Fry. Con el primero charlo un rato, pero no recuerdo de qué, y con el segundo también. Entre otras cosas, le pregunto si va a volver a salir en Bones, porque su personaje en ella es fantástico y las secuencias con Booth (David Boreanaz) divertidísimas, y también si hay en el horizonte algún posible crossover entre House y Bones. Tras unos minutos hablando de todo esto, le hago una última pregunta, en tono confidencial porque el aludido estaba cerca: «¿Cuándo y cómo dejó su amigo Hugh de ser un tipo feo para convertirse en uno interesante?». Fry se carcajea y también Laurie, que lo ha escuchado, se dirige hacia mí y me pregunta «¿De verdad te parezco un tipo interesante?». Y ahí terminó el sueño
Supongo que lo del interés de Hugh Laurie (y de cualquier otra persona) es siempre cuestión de opiniones, aunque no cabe duda de que el tipo ha evolucionado bastante (y para mejor) a lo largo de los años:
Es un hombre interesante, de muchos aspectos: puede ser un cómico y puede ser un atisbo de un macroproblema cultural, del que regresa vacío y con muchas dudas. Es sensible e intrigante, siempre poético y perspicaz. Un éxito en esta forma de un «House» sin fronteras, amante del corazón del hombre y buceador de sus debilidades.
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Hermosas palabras, anónimo visitante. Gracias por compartirlas y un saludo.
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