Fue sólo un ratito porque teníamos que irnos a currar, pero el domingo vimos el inicio del maratón de Perdidos que puso Cuatro (imagino que con el primer corte publicitario, probablemente en mitad de alguna frase o de alguna secuencia inquietante, habríamos apagado Cuatro y nos habríamos lanzado a por los DVD), que por cierto comenzó con una pieza de la casa plagadita de espoilers (para terminar de fastidiar a todos los que durante los días previos hubiesen esquivado los numerosos adelantos que metieron a lo largo y ancho de la parrilla) que anuló el efecto del ojo de Jack abriéndose en medio de la selva.
Como digo, vi un trocito, el del primer día de los supervivientes en la isla (y su primera noche, en la que descubren que no va a ser tan fácil como sentarse a esperar que los rescaten), con Jack corriendo de un lado a otro, intentando ayudar, intentando salvar vidas. Veía a Jack, a ese Jack del principio, y no pude evitar sentir pena por él, por ese Jack en el que se va a convertir conforme avance la serie y vaya recibiendo un golpe tras otro. A la mayoría de los que se estrellaron en el Oceanic 815 les fue mejor, en mayor o menor grado, tras el accidente (salvo a los que murieron, claro), pero a Jack es al que sin duda le ha ido peor, tal vez porque dar la cara sólo sirve para que te la partan.
Cosas de Babel 
Para mí casi todos han degenerado bastante, no sólo Jack, aunque sí es cierto que en éste se ha notado más porque ha pasado de ser el líder a «uno más del grupo». Pero vamos, te fijas en Jin, un personaje curradísimo y trascendental en las primeras temporadas (sobre todo la primera), y ahora sólo dice una frase por capítulo, y en ocasiones ni eso, suelta alguna que otra onomatopeya (me da pena imaginarme cuando recibe el guión del capítulo y busca sus líneas…). Lo mismo ocurre como todos sabemos con el bueno de Locke, Juliet, Hurley, Sun, Desmond, etc. Ben, Sayid y Kate creo que se mantienen como pueden y el único que parece cobrar importancia es Mr. LaFleur.
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No es tanto qué han hecho con los personajes los guionistas, que sí que de un tiempo a esta parte han quedado en una especie de segundo plano tras la historia o tras la propia isla, como lo que le ha pasado a esos personajes, las cosas que han vivido y que les han llevado, como el caso de Jack, a ser sólo una sombra de los individuos que se estrellaron en la isla. A veces pienso en ellos no como criaturas que dicen lo que los guionistas escriben en un papel y que tienen el rostro de los actores que los interpretan, sino como personas que sienten y sufren. Y por eso me da un poco de pena el hombre en que se ha convertido Jack.
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