Alcanzamos los 300 textos y, como en ocasiones anteriores, ofrecemos un recorrido por las cosas de las que hemos hablado por aquí en las últimas 50 entradas.
Casualmente el repaso comienza justo con el año nuevo, con las campanadas (algo fallidas, porque a Buenafuente no se le dieron nada bien) y siguieron con los regalos de Reyes (los de mi marido y el de mi hermano) y un capítulo más de las andanzas de la becaria con pamela (que, al margen de su gusto por los accesorios llamativos, no trabaja nada mal).
Como me suele pasar todos los años, también este me resfrié, e incluso tuve un amago de alergia. Drea recordó en enero el cumpleblog (gracias otra vez) de San Eustaquio (al que le pegué un buen lavado de cara), Trichet volvió a bajar los tipos de interés y empecé con mal pie mi retorno estudiantil. Enero fue también el mes en que Obama (y con él su equipo) se mudó a la Casa Blanca y en el que desapareció Marta del Castillo (aunque hasta varias semanas después no se supo que había muerto).
Aprovechamos para limpiar un poco la saturada lista de etiquetas, nos solidarizamos con una campaña que pide un ADSL mejor y más barato y, como es costumbre, en todo este tiempo hemos hablado mucho de televisión, desde las series (muchas) que vemos a El mentalista (y aplaudimos que TNT decidiera emitirla en versión original), pasando por la despedida de Grissom de CSI (y el reflejo del éxito de la franquicia en la vida real), mis problemas con los subtítulos de Saturday Night Live (hubo otra entrega más), la pericia tecnológica de Ana Rosa, un chiste fabuloso sobre George Lucas en The Big Bang Theory y, evidentemente, Perdidos. La quinta temporada está en marcha (esta semana no ha habido episodio) y sigue marcando nuevos niveles de excelencia en cada entrega (qué pedante me ha quedado eso) y dando lugar a más y más teorías disparatadas.
También nos acordamos del oficio que nos paga la hipoteca, el periodismo, y recordamos alguna gran frase escuchada en la redacción, manifestamos nuestra sorpresa por la falta de interés de algunos medios por el ninja Abadía, nos indignamos por una oportunista e hipócrita declaración institucional de apoyo a la profesión, comentamos la «voracidad insaciable» de la SGAE, ataqué a un individuo que me había copiado entero un reportaje y despedimos a Julio Alonso y al periódico Rocky Mountain News.
Y, como cada año, el tramo inicial del calendario está marcado por la temporada de premios cinematográficos, que arrancó con los Globos de Oro (muy mal retransmitidos por Digital+), siguió con los Goya, la manía de las antesalas y así hasta que llegaron los Oscar, que preparé viendo contrarreloj El lector, Slumdog Millionaire, El curioso caso de Benjamin Button y Frost/Nixon (todas ellas con copias for award consideration), para saber de lo que hablaba (algo que a más de uno no le importa) cuando escribiera la previa y la correspondiente crónica, aunque fue más un análisis que una crónica propiamente dicha.
Para cerrar el repaso, un enlace más, a un texto sobre el nada autocrítico balance del cine español del año 2008.
Pues sí que has hablado de cosas!! Gracias por la parte que me toca, guapísima. Como siempre, contenidos interesantísimos en tu (vuestro) blog…
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Gracias a ti, como siempre, por seguirnos y por tomarte la molestia de comentar casi todas las tonterías que escribo 😛
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Que sepas que para mí no son tonterías. Me encanta todo lo que escribes, en serio.
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Gracias otra vez 😛
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