"It’s a wonderful night for Oscar"


A estas alturas ya sabréis todos qué pasó en el Teatro Kodak, que Penélope Cruz ganó su Oscar, que Slumdog Millionaire arrasó y se llevó ocho, que Kate Winslet también tiene el suyo (y la familia de Heath Ledger también) y que Sean Penn dio la sorpresa, sobre todo al favorito, Mickey Rourke, al llevarse la estatuilla al Mejor Actor. Pasé la noche en vela contando cómo iba la ceremonia (no tengo datos, pero estoy bastante segura de que no lo leyó ni mi madre, que a esas horas, como es normal, dormía) y parte de la mañana contando qué había pasado (la crónica oficial del evento), así que, en lugar de repetirlo todo, prefiero dejar algunas impresiones sobre la ceremonia, obviando el punto en el que la comparo con su equivalente español, porque sería demasiado cruel, incluso para mí.

La frase que da título a esto es la que usaba Billy Crystal en el particular repaso musical a los filmes nominados con el que daba inicio a cada entrega de los Oscar que presentaba, y llevo echando eso de menos desde la última vez que lo hizo. Hasta anoche. Debo reconocer que no me hizo demasiada gracia cuando se anunció que Hugh Jackman iba a encargarse de la gala. Pese a su experiencia previa en los Tony y su más que evidente buena presencia, no creí que fuese un tipo para los Oscar. Pero me equivoqué. Así es como abrió Jackman la ceremonia (increíble también, por cierto, Anne Hathaway).

No fue ese el único número musical de la noche. Como se había anunciado, las tres canciones candidatas (dos de Slumdog Millionaire y una de WALL·E, escrita por Peter Gabriel) se presentaron en una sola pieza musical (motivo por el que Gabriel rehusó interpretar la suya), Queen Latifah cantó durante el tradicional recuerdo a los que se fueron (qué mal año), que se cerró con Paul Newman, y, de nuevo Jackman, acompañado por Beyoncé, los niños de Mamma Mía! y los de High School Musical, rindió tributo a los grandes musicales de todos los tiempos:

En su conjunto, la ceremonia fue, a mi juicio, perfecta. Fue ágil, entretenida, diferente y, como habían prometido, no demasiado larga. Me encantó la nueva escenografía, con la orquesta sobre el escenario y con el público tan cerca, tan metido en todo lo que pasaba, nada de grandes escenarios encaramados en sofisticados y peligrosos escalones.

Me gustó la original forma de presentar cada premio, como los técnicos y sus decorados cambiantes, o los de guión (geniales Steve Martin y Tina Fey), y también el momento Ben Stiller, disfrazado de Joaquin Phoenix, o el momento James Franco, Seth Rogen y Janusz Kaminski.

Pero puede que lo que más me gustase fuese la fórmula, también diferente, de presentar los premios de interpretación, con cinco ganadores anteriores (y no cualquiera, precisamente, aunque ¿dónde estaba Jack Nicholson?) recibiendo al nuevo ganador de un Oscar.

En cuanto a los premios, nada que objetar, como dije hace unos días, al triunfo de Slumdog Millionaire (era fan de su trabajo, pero desde ahora soy también fan de Danny Boyle himself, que recogió dando botes su merecidísimo Oscar al Mejor Director y jaleó cada uno de los reconocimientos que iba logrando su equipo), ni al de Kate Winslet (que está fabulosa en El lector y hacía ya tiempo que debía tener en casa un Oscar), ni por supuesto al de Penélope Cruz, aunque no he visto Vicky Cristina Barcelona.

Tampoco he visto Milk, pero no me hace falta, porque Sean Penn se merece todos los premios que le den, aunque me habría gustado que el premio al Mejor Actor de Reparto no hubiese sido para Heath Ledger, sobre todo con el circo que se ha montado en los últimos días por ver quién lo recogía (y también porque me habría encantado que se lo llevase Robert Downey Jr.).

Aquí termina la parte positiva. La negativa no tiene nada que ver con la Academia de Hollywood, porque su mérito corresponde íntegramente a la retransmisión de Canal+, tan desastrosa que probablemente sea el último año que la siga (y, con ello, me quedo sin argumentos para seguir manteniendo mi suscripción). A los presuntamente expertos comentarios de Angels Barceló y sus dos compañeros de mesa (creí que nunca lo diría, pero eché de menos a Figueras) se añadió una traducción simultánea que desconecté en cuanto me di cuenta de que a Hugh Jackman se le entendía bastante bien, y las incesantes conexiones con la fiesta que habían montado en un cine de Madrid, cortando la gala cuando les salía de las narices para entrevistar a ignotos individuos y molestar a profesionales que estaban trabajando, como los blogueros que transmitían la ceremonia para El País o a Paco Fox, que mantenía un chat en Plus.es.

2 comentarios sobre “"It’s a wonderful night for Oscar"

  1. Totalmente de acuerdo con tu entrada, pequeña. Aunque la segunda mitad de la gala se me hizo un poco pesada no tanto por la gala en sí como por los anuncios, en general, me pareció todo PURO ESPECTÁCULO, así con mayúsculas. Desde los cristales formando cortinas del escenario hasta la idea de que cinco actores salieran a dar un premio (idea un tanto descabellada si la piensas en frío pero que funcionó a las mil maravillas, al menos, a mí me lo pareció), desde Hugh Jackman-Frost y Anne Hathaway-Nixon (brutal, brutal, brutal) hasta el punto teatrero de Meryl Streep que tanto me gusta (este año el papel de «presencia constante» lo llevaba ella en lugar de Nicholson aunque por pintas también Rourke se acercaba y mucho, por cierto, está descomunal en «The wrestler»). Balance muy positivo en ese sentido. En relación a los premiados me alegré más o menos. Sin llegarme muy al alma me alegré por todos los premios a Slumdog Millionaire pero sobre todo por Sean Penn que está mayúsculo en «Milk» (mira que es difícil que una estrella de Hollywood te haga olvidar con su interpretación quien es, pues Penn lo consigue interpretando a Harvey Milk, de principio a fin). Eso sí, obviamente, me dio mucha pena que no fuera premiada Mickey Rourke. Este año era su año. Da la sensación de que si no era con papel, no lo va a ser con ninguno pero en fin… así son los premios y, por otro lado, Rourke no se ha llevado el Óscar pero ha arrasado allí por donde ha pasado. El armario de premios habrá pasado de estar vacío a estar abarrotadito.Y en relación a lo del Plus no opino porque no lo tengo pero es cierto que cada año que pasa peor traducen simultaneamente. Yo lo seguí por un canal mexicano, TNT, y pasaba más de lo mismo. Eso sí, nos ahorramos el momento fiesta en Madrid y delirio pro-Penélope. El año que viene buscaremos la señal en inglés sin nada por encima, por favor. 🙂Y esas han sido mis impresiones… 😛Besitos.

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  2. Meryl Streep fue la estrella de la noche, y la verdad es que se lo merece, y todos los premios que quieran darle, porque es muy grande. No he visto ‘Harvey Milk’, pero por los trocitos que pusieron en la gala me entraron ganas de verla, así que no descarto que caiga un día de estos. Mickey Rourke se ha quedado sin Oscar, sí, pero, como dices, ha acumulado una buena colección de premios este año.A mí me encantó que ganase ‘Slumdog Millionaire’, sobre todo por Danny Boyle, que me pareció la otra estrella de la noche (deberían haber dejado una cámara fija en él toda la noche y editarlo en DVD, porque el tipo era todo un espectáculo).La gala, como ya dije, me encantó, porque fue rápida cuando tenía que serlo (los premios técnicos entregados en lote) y pausada cuando lo merecía, como los quintetos de actores para dar los premios de interpretación. Me pareció un homenaje perfecto para los que salieron y también para toda la profesión.Y lo de Canal+… Poco más tengo que añadir 😉

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