A estas alturas yo ni siquiera busco que me den la razón; me conformo con encontrar a alguien coherente.
escuchar la última obviedad (*) del Papa.
(*) Con obviedad me refiero a decir algo evidente, como que la Iglesia está contra el aborto, los métidos anticonceptivos, la investigación con células madre… Pues claro que está contra todo eso, como siempre. ¿Realmente alguien se sorprende cuando escucha a Ratzinger decir algo así? Lo que me llama la atención no es que la gente se sorprenda, sino que se indigne, sobre todo quienes pasan de la Iglesia, son ateos o directamente anticlericales, personas que no pertenecen ni quieren pertenecer (por suerte la adhesión es voluntaria) al grupo que lidera Benedicto XVI y que por tanto nada tienen que ver con lo que diga porque de todas formas no van a hacerle caso. ¿Por qué se indignan?