Me matriculé tarde, me compré los libros más tarde y empecé a leérmelos aún más tarde, justo cuando los astros se alinearon para complicarme (por decirlo de forma suave) mi escaso tiempo libre, así que ahora escribo esto en lugar de hacer un examen (son esta semana, pero no sé cuál tocaba hoy) o prepararme para alguno (dentro de dos semanas hay otra ronda; puede que haga alguno entonces).
Ya sé que podría haberme presentado de todas formas, pero, francamente, no me gusta perder el tiempo (y el sueño, porque son a las nueve de la mañana y además bastante lejos de mi casa) para encima hacer el ridículo. Prefiero dejarlo para junio y/o septiembre.
Este año me he matriculado de cinco asignaturas de primero de Filología Inglesa, todas ellas anuales: Lengua inglesa I, Lengua española, Lingüística, Literatura inglesa I y Corrientes y autores literarios norteamericanos hasta el siglo XX (la materia de título más largo tiene el temario más corto). De las dos últimas no me he leído ni la contraportada de los libros. De la tercera, Lingüística, apenas me he leído el 30 por ciento del temario (bastante interesante, la verdad, sobre experimentos de habla con primates y las diferencias morfológicas entre humanos y animales, entre otras cosas).
De Lengua inglesa I me he leído el temario que entra en el examen, pero no he hecho todos los ejercicios, así que tampoco las tengo todas conmigo (con lo fácil que sería poner juntos todos los tiempos verbales, las preposiciones, los pronombres, etcétera, en lugar de ir diseminándolos a lo largo de todo el libro; puñeteras gramáticas descriptivas).
En cuanto a Lengua española, en este examen tocaban la parte de la Historia del español y la de fonología. Lo de hacer dibujitos para transcribir sonidos no me hacía demasiada gracia, así que aparqué el libro en cuanto terminé con la parte histórica, curiosamente divertida, porque los autores del tochazo ese sostienen tesis tan desternillantes como que el latín y el español (en América) no fueron impuestos por la fuerza a las poblaciones conquistadas, sino que éstas los adoptaron libremente en cuanto comprendieron sus ventajas comunicativas. Pues vale.