El Toby de Obama

En plena resaca obamista, Mi mesa cojea ha rescatado un fragmento de uno de los discursos más conocidos y emocionantes que el presidente electo de EEUU ha pronunciado en su camino a la Casa Blanca y que procedo a copiar tal cual aquí:

“Hay un decreto en el Acta Fundacional que declara el destino de una nación. Fue susurrado por esclavos y abolicionistas a medida que forjaban el camino hacia la libertad. Fue cantado por inmigrantes que llegaron de destinos remotos, por pioneros que empujaron sus destinos hacia el oeste luchando contra lo infranqueable. Fue el llamamiento de los trabajadores que se organizaron, de las mujeres que lucharon por su derecho al voto, de un presidente que escogió la luna como nuestra nueva frontera, y de un rey que nos guió hacia la cumbre y, una vez allí, nos señaló la Tierra Prometida. Sí, se puede tener justicia e igualdad.

Sí, se puede tener oportunidades y prosperidad. Sí, se puede sanar esta nación. Sí, se puede reparar el mundo.

Sabemos que la batalla que nos espera será larga, pero debemos recordar que no importa cuántos obstáculos nos encontremos porque nada puede interponerse en el camino de millones de voces exigiendo el cambio.

Un coro de cínicos nos ha dicho que no lo lograremos. Pero sus voces serán cada vez más disonantes. Nos han pedido que aceptemos la realidad. Nos han advertido que no debemos dar a la gente de esta nación falsas esperanzas. Pero en la improbable historia llamada América no hay nada falso en tener esperanza.

Las esperanzas de la pequeña niña que va a la desmoronada escuela en Dillon son las mismas que las del niño que se educa en las calles de Los Ángeles.

Vamos a recordar que algo está ocurriendo en América, que no estamos tan divididos como sugiere nuestra política, que somos un pueblo, que somos una nación.

Y juntos vamos a comenzar el siguiente gran capítulo de la historia americana con tres palabras que sonarán de costa a costa, de un océano al otro soleado océano:

Yes, we, can.”

Barack Obama (8 de enero de 2008, New Hampshire)

Al margen de que sea o no capaz de cumplir las elevadísimas expectativas que millones de personas en todo el mundo (no sólo en su país) han puesto en él, lo que quedó claro el día que nació el «Yes, we can» es que el Toby de Obama era muy bueno. [Nota para los no iniciados: me refiero a Toby Ziegler, el director de Comunicaciones del presidente Bartlet en El ala oeste y encargado de escribirle los discursos. Aparte de que es una serie magnífica, sus dos últimas temporadas son una magnífica forma de conocer todo el proceso electoral de EEUU, desde las primarias a la carrera por la Presidencia, como lo es Ángeles y demonios, de Dan Brown, sobre la transición entre un Papa y el siguiente, aunque eso es otra historia].

Lo curioso no es que sea realmente bueno y que escriba discursos que te ponen la piel de gallina (gracias también al saber hacer de su candidato sobre el escenario, por supuesto), sino que el autor de las palabras de Obama es un chico de 27 años, Jon Favreau (no confundir con el director de Iron Man), antiguo colaborador de John Kerry y que a partir de ahora será la voz del presidente de Estados Unidos.

4 comentarios sobre “El Toby de Obama

  1. Es que «West Wing» se ha convertido en una serie profética. En la última temporada se basaron en el entonces senador Barack Obama para diseñar el personaje del candidato demócrata (un hispano encarnado por Jimmy Smits) que pretendía sucerder a Barlett en la Casa Blanca. Y para el personaje de Josh Lyman se inspiraron en Emmanuel Rahm, entonces asesor de Clinton y próximo jefe de gabinete de Obama.Y es más. Como fan de la serie, sabrás que en su primera temporada, emitida en 1999, Barlett había obtenido la presidencia con menos votos populares y más electorales y tenía una consejera de seguridad nacional negra. Igual que Bush dos años después. Y según cuenta la wikipedia, se pensaron muy seriamente darle el papel del presidente a Sidney Poitier. Con lo que esta vez la Historia ha ido más lejos que los guionistas.

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  2. Cierto que ha sido profética, y la inspiración de Obama ha servido para llenar en los últimos meses no pocas páginas de periódicos.También es cierto que la Historia ha ido más lejos que Sorkin y sus sucesores, pero no puedo imaginarme a otro presidente que Martin Sheen, ni en la ficción ni en la vida real. Para mí, siempre será el presidente, y así es como le llamamos en casa cuando nos referimos al padre de Charlie Sheen y Emilio Estévez en una especie de oda al encasillamiento. Tengo pendiente un texto definitivo sobre ‘El ala oeste’ que incluya, entre otros, los detalles que mencionas, pero, como me pasa siempre, se quedará en el cajón de los textos nunca escritos.Saludos.

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