El enorme Clint Eastwood ya dijo aquello de que «las opiniones son como los culos, todo el mundo tiene uno». En el siglo XXI / nuevo milenio / era de internet (úsese el que se prefiera), las opiniones (o los culos) son los blogs. Todo el mundo (o casi) tiene un blog, porque tener uno es cool (o guay) por el mero hecho de tenerlo, no importa si luego lo que se tenga en la Red no sea un blog cool, sino sólo un montón de basura virtual hermosamente empaquetada (aunque en ocasiones ni siquiera el envoltorio es bonito).
Todos quieren su blog, y como es gratis, se lanzan a la aventura. (Algunos, que desconocen este dato, se empeñan en torturarnos a los gestores de periódicos digitales con sus reflexiones, indignados si prohibimos los comentarios racistas, ofensivos y violentos o si tardan en aparecer porque no hay nadie trabajando en ese momento y, por tanto, nadie que los modere, lo que les lleva a denunciar que en ese foro -así llaman a los comentarios en las noticias- hay censura. Aviso a navegantes: si no les gusta, abran un blog, que es gratis).
No importa si tienen o no nociones de internet, o de diseño, o de escritura; no importa si tienen o no algo que contar, porque todo el mundo cree que tiene algo que contar y no dudan en compartirlo con los demás. Suena un poco nazi todo esto, pero una ya está cansada de topar con blogs que no hacen más que repetir una y otra vez las mismas noticias, contadas de la misma forma y sin un solo aporte original, con otros tan, tan, tan personales que dudo que hasta sus propios dueños los lean (o los entiendan) o con los centrados en el relato a veces sorprendentemente ingenuo que sus creadores hacen de acontecimientos como periplos vacacionales en los que descubren que existen los viajes no organizados, las excursiones y los itinerarios planificados por uno mismo (¿quién creen entonces que compra las guías de viaje? Porque saben que existen, ¿verdad?), y que no basta con contar de un modo plano y aburrido lo que has hecho para que los demás tengan ganas de leerlo.
Probablemente no sea quién para decir esto, con un blog tan modesto como éste (sólo tiene ocho suscriptores; teniendo en cuenta que dos somos nosotros, ¿quiénes serán los otros seis?) y otro en el que cuento, tal vez de un modo plano y aburrido, los pasos más interesantes de mi largo calvario hacia el matrimonio, pero como aquí sí que dispongo de libertad de expresión, la aprovecho, aunque me permito la licencia de no incluir ningún ejemplo de eso que critico más arriba porque seguro que todos tenemos alguno en la cabeza y no hay necesidad de ofender a nadie.
Hoy, último domingo de agosto y último día de vacaciones para todos esos malditos que llevan un mes entero holgazaneando, sin aportar nada a la sociedad y dejando en las manos de los pobres desgraciados que sí hemos currado este mes la sagrada tarea de mantener a flote el país (lo siento, pero necesitaba desahogarme; ha sido un mes algo duro, laboralmente hablando), se celebra el Blog Day (o Día del Blog), una celebración cuya tradición implica que cada bloguero recomiende cinco sitios y transmita a otros cinco amigos/compañeros la obligación de hacer lo propio. Que yo sepa, nadie me ha invitado a unirme a dicha celebración, lo que me viene que ni pintado para evitar recomendar cinco blogs que visito. Quien quiera saber qué leemos a diario (o casi) no tiene más que echar un vistazo a nuestra lista de enlaces, donde encontrará webs sobre cine, televisión, periodismo, traducción y otros temas que nos interesan y también las historias que amigos reales y virtuales nos regalan cada día.
Más que una recomendación, lo que hoy os traigo es uno de los sitios más insólitos con los que me he topado últimamente. Llegué a él buscando en Google cosas sobre David Foster Wallace (para mi reseña, aún pendiente, de Hablando de langostas) y, aunque no encontré lo que buscaba, sí que me quedé un ratito curioseando, más por la perplejidad que por otra cosa.
Su título es Últimas páginas y, en un raro caso de simbiosis entre título y contenido (no como ocurre aquí, donde sólo ahora hemos empezado a hablar un poquito de libros), ofrece exactamente lo que promete: las últimas páginas de los libros que su autor va leyendo. Tal cual. Con su índice y todo, si es que lo lleva al final (ni que decir tiene que este esquema tan sencillo no funciona con Foster Wallace). Sólo añade una puntuación, un brevísimo comentario (en ocasiones sólo una palabra) y un enlace a otro sitio donde la reseña sea más extensa. Tan raro que merece una visita.
Anexo y corrección: El autor de Últimas páginas es en realidad autora, Montse, para más señas, responsable también de este otro sitio, El ladrón de Shady Hill, dedicado a John Cheever, y que en un comentario explica aquí mismo cómo nació su original blog de finales literarios (gracias).
Hala! me has llamado rara y literal 🙂>>Es que ya había muchos blogs que recogen los principios de los libros y el blog me sirve, básicamente, para recordarme lo que voy leyendo (sí, tengo muy mala memoria). Me parecía tan absurdo poner las últimas páginas (si ya has leído el libro ¿para qué ibas a leerlo? si no lo has leído ¿para qué vas a leerlo?) que creí que nadie me visitaría. Pero, mira, aquí estás tú que hasta me ¿recomiendas?>>Muchas gracias por la visita. Seguiremos disfrutando de Foster Wallace. >>Saludos!
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Ja, ja, ja. No «rara y literal», más bien deliciosamente singular 😛>>No es mal método para recordar lo que vas leyendo, mucho más entretenido que listas como la que tengo yo. Pero sí, tu blog es tan extraño que bien merece una recomendación, y desde luego más de una visita. >>Gracias por la tuya y por el comentario.>>Saludos!
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Hola, llamaba por alusiones…>>Mis reflexiones sobre el mundo de los blogs, previas a mi participación en el mismo, me llevaron a la conclusión de que existen dos tipos o modelos de bitácoras: las «especializadas», que versan sobre un tema concreto (que puede oscilar desde física o literatura hasta frikadas varias) y en las que el autor, supuestamente, sabe de lo que habla y proporciona un conocimiento a sus lectores, y las «personales», que aportan más a quien las escribe que a quien las lee. Como mi blog (porque yo también tengo uno, aunque aún en ciernes y por tanto aún por definir su personalidad) entra directamente en la segunda categoría, no seré yo quien critique esta modalidad. Ahora pienso que el fenómeno blog es la constatación definitiva de que esa gran mentira que todos hemos oído alguna vez es efectivamente eso, una mentira: «yo escribo, pero sólo para mi mismo». No es mi caso: escribo sobre lo que me gusta/interesa/apetece y como yo quiero escribir, pero lo pongo en mi blog para que sea leído (aunque en última instancia no lo sea, pero la intención es la que cuenta, y la que nos traiciona).Por lo demás, no importa cuán vacuos puedan llegar a ser los blogs: como reductos de la libertad de expresión (y al igual que ocurre con la ONU), no importa lo inútiles que sean: si no existieran habría que inventarlos.
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Ya sé que tienes un blog, Invitado de invierno…>>Ante todo, perdona que haya tardado tanto en contestar. Vivo días (o semanas o meses) difíciles que como duren mucho más van a acabar contigo.>>Sin duda, escribimos aquí con la esperanza de que alguien nos lea. De lo contrario, escogeríamos otro formato para hacerlo.>>No es que critique los blogs personales porque, afortunadamente, cada uno puede escribir cómo y sobre lo que se le antoje. Lo que me molesta es esa pátina de falsa innovación u originalidad (en plan ‘descubridores de la pólvora’) de algunos, y de los que tienen un blog sólo porque está de moda.>>Quizás, una vez más, no me he explicado bien. Mis disculpas.>>P. D.: Aún espero que me fustigues por hablar de Batman…
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Difícilmente podré <>fustigarte<> (palabra que no me gusta nada, algún día hablaré de mis categorías para palabras) por hablar de Batman, cuando lo que dices tiene tanta coherencia y lo suscribo totalmente. Yo, como después de todo lo que se ha dicho sobre la película no tengo nada que añadir, me limito a comentar la banda sonora…
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…y lo haces con el mismo acierto de siempre.>>Espero ansiosa que hables de tus categorías para palabras; yo también las tengo…
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Vaya, sí que repartes estopa :-), ni que saltaran como spyware en tu navegador o te los metiesen como propaganda en el 20 minutos. Un poco más y te veo abogando porque el Ayuntamiento cobre impuestos por basura virtual y un filtro pay·per·view XD. Yo podría decir también que con la agencia EFE y el teletexto ya estoy suficientemente informado para no comprar el diario en el que tú y tu maquetador ponéis vuestra ilusión diaria… A mí que a los palurdos les salga gratis hacer un blog horrible me parece bien, porque no se trata de comprender a las personas desde una clase de sociología de la facultad de periodismo, sino de que realmente llueva café en el campo…>>Antes de petardearte más, decir que espero no torturarte con mi comentario, pero allá va:>– Tener un blog es tan cool como… tener el MSN messenger, sobre todo si la última entrada es de hace un año. Y lo mismo que con la frasecita del MSN pues a algunos blogeros les dará por la hecatombe creativa. Pero vamos, el blog de Kant no sería mejor que el de cualquiera. Le regalé a mi hermana una cámara digital (divina de la muerte) y su amiga un libro sobre el Barroco (me aburrooo) y le ha gustado más el libro. Y punto pelota. Lo que me lleva al siguiente punto:>>– Un blog se postea sin condiciones, con X expectativas pero sin condiciones, como cuando te bajas un programa gratis cuya licencia indica que se vende «tal cuál es». En mi caso no sólo es de los mal empaquetados sino además uno de los personales que nadie entiende (y no es exclusivo del blog, sino de todo lo que escribo xD) porque en parte me siento solo (sin llegar al extremo de querer cambiarme por el de Futurama), pero para nada quiero que se identifiquen conmigo para darme consejos, el que comente que diga lo que piensa él y no lo que yo le haya condicionado a decir. Probablemente sería de los que encajan para ser blog privados en vez de públicos, porque publicitarlo no es mi objetivo, pero me gusta que cualquiera pueda entrar y si con eso fastidio alguna búsqueda mal hecha con Google pues sorry, que implementen un PageRank de autores para evitar los blogs palurdos. Aprovecha la beta del Chrome para proponerlo :-D. Pero por favor no propongas que en el periódico se recorte el apartado de Cartas de los lectores, es el que más me gusta, pese a lo sacrificado que sea :hug:.
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Muchas gracias por tu comentario, Rafadealkala, creo que es uno de los mejores que hemos tenido por aquí.>>Hablas de muchas cosas, así que vayamos por partes.>>Sí que reparto, jeje, pero más como desahogo contra ciertos elementos con los que me he cruzado últimamente (y por desahogarme en general antes de que me dé una embolia) que contra todos los blogs en general. >>No es mi intención criticar la libertad de expresión ni ponerle precio (vuelvo a animar a los comentaristas ‘destroyer’ de mi periódico, que no son los que mandan cartas al director, sino los cientos de energúmenos que mandan comentarios incendiarios a las ediciones digitales, a que se abran uno).>>No creo que tu blog esté mal empaquetado, en absoluto (yo tengo pendiente desde hace meses un rediseño radical para el que nunca tengo tiempo), pero sí que entiendo lo que dices de que hay algunos que tal vez deberían ser privados (no he podido cotillear aún a fondo el tuyo, pero me lo apunto). En mi caso, hay textos con vocación pública y otros que no, pero también me gusta que todo el que quiera entre y se quede cuanto le apetezca.>>Y en absoluto me has petardeado. Me ha encantado leerte.>>Un saludo.>>P.D.: Si buscas un texto titulado ‘Mi propia trampa 22’ verás que uno de mis problemas, aparte de trabajar en la edición digital de un periódico y no en la impresa, que es lo que me gusta, es que no tengo nadie que me pinte las escasas páginas que publico. Ojalá tuviera un maquetador para mí sola…
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Agradecido e igualmente encantado. El mío es muy corto de vida así que se puede cotillear en un plis-plas (si no fuera porque me enrollo cosa fina). No creo que sea muy interesante porque no hablo ni de noticias, ni de ocio, ni he hecho listas ni mis memorias aún… básicamente es como bien dices un desahogo, pero interior. En vez de anotarlo en una libreta lo anoto ahí, cambiando el polvo que cojería en un cajón por los 0 comentarios de algunas entradas, con la ventaja que de vez en cuando sí hay algún comentario de un viejo conocido. Supongo que es más sencillo dejar un comentario que ponerse a escribir un correo sólo para decir «Hola».>>I know, I know, sabía que tu comentario no atentaba ni contra la Constitución Española ni contra el Estatuto Bloguero XD, el resquicio de duda se había zanjado en tu respuesta a invitadodeinvierno. Pero sí que mi primera impresión fue que era un blog bastante bastante crítico… y no es que por ser periodista tengas que meterte en el piel de los demás, pero las críticas siempre son sesgadas…>>Por otro lado, perfectamente podrías haberme dicho que mi primer párrafo era demagogo. A ver si voy entrando más y hablo con conocimiento de causa y no con primeras impresiones.>>Bis de saludo.
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Si te fijas en este, la inmensa mayoría de los textos ostentan la clamorosa marca de 0 comentarios, pero tampoco me preocupa 😉>>Escribo aquí porque me apetece, porque me hace sentir bien, que supongo que es por lo que lo haces tú, y aunque hable de libros, series o películas, casi siempre es una forma de desahogarme, aunque a veces sí que me desahogo demasiado, jeje.>>Siento que te hayas llevado la impresión de que este es un sitio demasiado crítico. No lo es, es sólo que no paso por un buen momento y tengo la vena criticona a tope. (Y sí, las críticas de cualquiera siempre son sesgadas)>>Y nunca te habría llamado demagogo. No suelo insultar a los que dedican unos minutos de su tiempo a leer las tonterías que escribo y mucho menos a los que me regalan comentarios.
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Se presenta uno de los suscriptores. Ar!
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Jajajajajaja. Muchas gracias. Ya sólo me quedan cinco para desvelar el misterio. Por cierto, yo soy uno de los tuyos, por si algún día te planteas hacer un censo de suscriptores 😉
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