Cosas que pasan por estar unos días desconectada del mundanal ruido.
Para aquellos no versados en la noble (y muerta) lengua latina, os diré que Pro deum hominumque, cuya traducción literal es «por Dios y por los hombres», es una expresión que, especialmente si viene acompañada de un signo de exclamación, como es el caso, es un equivalente a nuestros «madre mía», «por Dios» o «what the fuck?», o sea, «¿pero qué coño…?», y que está indicada para mostrar nuestro asombro o estupefacción ante hechos particularmente insólitos, como el rumor de que la cuarta de Indiana Jones es en realidad el inicio de una nueva trilogía.
Varios días después de ver el reportaje de Vanity Fair sobre Indy, volví a entrar en su web en busca de informaciones sobre la entrega de los Globos de Oro. Y allí, justo en el bloque de apertura, me encuentro un reportaje anunciado en portada como «exclusiva on line: La calavera de cristal podría ser el primer filme de una nueva trilogía de Indy», titulado My Indiana Jones Crackpot Theory (según la Wikipedia, crackpot puede significar excéntrico y también adicto al crack) y firmado por Jim Windolf, el mismo tipo que firma la pieza principal.
No sé si habrá o no más películas de Indiana Jones (espero que no), pero no es de recibo que este tío se monte un artículo larguísimo a partir de tres palabras de Steven Spielberg («at this point», es decir, «en este momento» de la saga) que le dieron pie al intrépido periodista (que conste que el reportaje que abre la revista es fabuloso; lo cortés no quita lo valiente) a preguntarle si habría o no más películas. El resto del artículo sigue en definitiva el patrón de la prensa del corazón y de la prensa deportiva en época de fichajes: se me ocurre una cosa, la pregunto y, como no recibo una negativa rotunda, me lanzo a especular.
Y eso es exactamente lo que ha hecho el tal Windolf, que se ha montado la película (nunca mejor dicho) de que habrá dos cintas más y que en ellas Harrison Ford cederá el testigo a Shia LaBeouf. No niego que muchos pensamos lo mismo cuando leímos o escuchamos el rumor (no confirmado) de que Indy tenía un hijo, pero de ahí a que Vanity Fair lo publique en portada va un buen trecho. No sé si pasará o no, pero el periodista no tiene base ninguna, at this point, para elucubrar sobre el tema.
Para terminar de redondear el despropósito (que sepáis que estoy buscando una foto del tal Jim para hacer con ella una diana), el individuo osa decir «I saw no way that 65-year-old Harrison Ford could suit up for yet another big-budget adventure», es decir, que no ve de ninguna manera a Harrison Ford, de 65 años, vistiéndose de nuevo para otra aventura de gran presupuesto. Pese a mis reticencias iniciales, yo he tenido suficiente con ver tres o cuatro fotos y cuatro segundos en un vídeo para comprobar que Harrison Ford (que «nació para vestir esa cazadora», como muy acertadamente indicaba crack smoker en los comentarios del post anterior sobre Indy) puede vestirse de Indiana todas las veces que le dé la gana, y este pedazo de blasfemo, que ha tenido el privilegio (uno de los sueños de mi vida) de visitar el rodaje de la película y entrevistar a los tres (Ford, Lucas y Spielberg), aún lo duda. Pro deum hominumque!