Higadillos

Escribo en este blog porque me gusta. Y como lo hago por hobby y no por obligación, escribo sólo sobre lo que me apetece escribir y solamente cuando me apetece hacerlo, así que suelo escribir sobre cosas que me gustan o me interesan, porque creo que ya hay bastante mierda en nuestro día a día como para lanzar todavía más.

Alguna vez he quebrantado este principio para criticar/denunciar algo que me molestaba, y hoy voy a volver a hacerlo, aunque tengo claro que no soy una líder mediática, que mi opinión importa bien poco al común de los mortales y que por aquí sólo pasan cuatro gatos (para ser exactos, varias decenas de gatos al día; nunca me cansaré de daros las gracias).

Una vez aclarado esto, vamos al lío.

No me gusta la prensa del corazón, lo que no quiere decir que no haya visto nunca en la tele un programa de este ¿género?, ni tampoco que no haya ojeado nunca una revista o que no me haya reído con los ridículos avatares de esos individuos que existen por y para dar carnaza a dichos espacios o publicaciones.

Como en cualquier otro ecosistema, los tiburones están al final y no al principio de la cadena alimenticia. Entiendo que esas criaturas que pasan sus vidas persiguiendo a famosos (no es un trabajo que me guste, y por suerte no he tenido que hacerlo hasta el momento, pero no se sabe qué puede pasar y además cada cual tiene que ganarse la vida como puede) no hacen más que seguir las instrucciones dadas por unos jefes (directores de revistas, de programas de televisión) que en muchas ocasiones hacen eso por propia voluntad (no por necesidad) y que son los que deciden, por ejemplo, que el culo de Andreu Buenafuente es noticia.

El adalid de ese nuevo periodismo con patente de corso para soltar cuantas barbaridades se les antoje sobre todo aquel que se les antoje es, claro, Aquí hay tomate, que lleva cinco años de exitosa trayectoria cimentada sobre burlas, insultos, falsas acusaciones y muchas, muchas mentiras, impertérrito ante las críticas y las denuncias que colapsan el departamento jurídico de la cadena amiga, buceando día tras día en la escoria de los famosos.

No sé si los tiburones reales se comen los unos a los otros, pero los de la prensa, no. En la prensa siempre se ha dicho aquello de “perro no muerde a perro”, es decir, que un periodista nunca ataca a otro (por mucho que sea una máxima vulnerada una y otra vez en los últimos años), y lo mismo pasa en la prensa del corazón, cuyos profesionales no hablan de política o de economía, sino de la vida privada de los supuestos famosos, a menudo no con ánimo de informar, sino con la única intención de burlarse de ellos o directamente insultarlos.

A este mundo de compañerismo (falso) y complicidad (falsa) un buen día llegó Sé lo que hicisteis, cuyo plato fuerte es el análisis que Ángel Martín hace de los programas del corazón, un análisis hecho con ingenio, gracia y un puntito de crueldad que, claro, no sentó nada bien en el gremio por aquello de perro no muerde a perro.

El tiempo pasó y unos y otros continuaron con sus quehaceres hasta que el programa de Patricia Conde y Ángel Martín sacó a Jorge Javier Vázquez, el líder tomatero, borracho el día del Orgullo Gay. El simpático presentador no dudó en llamarlos “hijos de puta” y tampoco se cortó un pelo cuando unos días después la revista Qué me dices publicó en portada una foto del tema, básicamente porque no le iba a gustar a su madre.

Pasaron los días, pasaron los meses y el rostro de Aquí hay tomate de repente desapareció. Abandonó su programa unos días, no se sabe muy bien por qué (los rumores apuntan al estrés) y preparó su regreso con una amable entrevista en la que decía cosas como ésta:

“Sólo soy uno de los presentadores. Carmen y yo apenas salimos unos minutos en el programa. Sólo hacemos comentarios a vídeos que nada tienen que ver con nosotros porque los redactores del programa trabajan con total libertad. Muchas veces me sorprendo con los vídeos que sacamos. Yo no busco noticias, no sé cotilleos, no me entero de nada”.

O ésta:

“Yo no soy el director del programa ni el que hace los guiones ni el que sale a la calle. Sólo soy un presentador. Sólo pueden responsabilizarme de lo que yo digo”.

JJ volvió a su programa, anunciando una vuelta a los inicios, al verdadero espíritu del Tomate (que en realidad sólo implicó un cambio de cabecera y de plató), pero como su presentador estrella seguía necesitando cariño, Telecinco le ofreció un sillón, una cámara y un micrófono en La Noria para que se desahogase y ajustase cuentas con esos que le “llaman a diario borracho”. Entre otras cosas, JJ, que dejó claro que no sólo no está en el Tomate por dinero, sino que está muy orgulloso de presentarlo, dijo esto:

“Yo trabajo en una productora en la que nunca los jefes proporcionan cocaína a sus trabajadores para que trabajen mejor cuando están cansados; trabajo en una productora en la que, cuando llega una fiesta, los trabajadores no aportan su dinero para comprar de la mejor cocaína; y trabajo en una productora cuyos jefes pueden decir que nunca, por los efectos de la cocaína y de la borrachera, han intentado abusar sexualmente de una compañera».

También confesó, por cierto, que se siente “criticado por su condición sexual”.

Como es normal, el lunes los chicos de Sé lo que hicisteis hablaron de las provocaciones de JJ (que no se atrevió, ni lo ha hecho hasta ahora, a decir a qué productora se refería con lo de la coca y los abusos), e incluso le dedicaron un homenaje. Los vídeos y las reseñas del programa los podéis ver en ¡Vaya tele! y Vertele, aunque todos los que conocen cómo se las gastan Ángel y Patricia imaginan por dónde van los tiros.

JJ define el Tomate como un programa del corazón de humor irreverente, lo que al parecer les da carta blanca y encima justifica su peculiar estilo. Pero el Tomate no es un programa de humor sobre el mundo del corazón (no se me ocurre una descripción apropiada que no incluya improperios, así que mejor lo dejo porque todos sabemos qué es el Tomate). Sé lo que hicisteis sí lo es. Lo que pasa es que los chicos de La Sexta no se quedan sólo en la sátira de los personajes de ese mundo, sino que también incluyen a los hasta ahora intocables presentadores y colaboradores de esos programas (ahí radica en realidad el problema de JJ, AR y compañía, que están acostumbrados a dar, pero no a recibir), y además con mucho más respeto (y gracia e inteligencia) de lo que lo hacen profesionales como los presentes en La Noria o en El programa de AR, que todos a una corrieron a arropar al pobrecito JJ, acosado por ser gay, por decir la verdad, y al que todo el mundo llama borracho porque cogió una cogorza importante en un sitio tan privado como un desfile en plena calle al que acudieron miles de personas y en el que había decenas de cámaras de televisión (bien visibles, nada de cámaras ocultas de dudosa moralidad) y fotográficas que encima divulgaron su imagen para disgusto de su madre (un consejo, JJ, si no te gusta que tu madre te vea borracho y con medio culo al aire, ten cuidado en las convocatorias multitudinarias).

P. D.: Ya he dicho antes que este no es un sitio especialmente popular, pero si por casualidad alguien pasa por aquí y dice tonterías del tipo “esta se escuda en el anonimato de Internet para decir lo que dé la gana”, que sepa que mi nombre es Susana Caballero, que soy periodista y que mi careto es ese de la izquierda (ahora llevo el pelo un poco más largo, pero ahora mismo voy a cortármelo para que no haya confusión alguna).

12 comentarios sobre “Higadillos

  1. Pues si tienes toda la razon, el seññor JJ Vazquez, se molesta por algo que el hace continuamente y de manera totalmente arbitraria y sin argumentos, ahora sacan sus incongruencias en la tele y la gente se da cuenta de la de tonterias que dice su programa.

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  2. Muchas gracias por sus generosos comentarios a un ex-periodista, a Francisco Molina, a Pedropenu (no sé si es para tanto, pero en los periódicos hay mucha gente como yo, aunque no se nos escuche), a Isabel y a Joserolo (ahora mismo visito A sueldo de Moscú para mostrar a su autor mi agradecimiento) y un beso para mi querido Al.Nunca había tenido tantos comentarios positivos. Voy a empezar incluso que a la gente le gusta lo que cuento 😉Gracias, de verdad.

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  3. Colosal! Sin embargo es una lástima que este tipo de comentarios sólo se viertan en internet y no en los grandes medios de comunicación, pero todo llegará. Ya está bien de esa ley no escrita de perro no muerde a perro y que gente de vuestro gremio le de un poco de cera a tanto «periodistucho» que anda suelto por ese mundo en ocasiones tan sórdido

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  4. Por desgracia, Víctor, los medios de comunicación están inmersos en otra guerra que a menudo les aleja, y no lo digo por lo que he escrito yo, no sólo de la realidad, sino también (y esto sí que es peor) de los intereses de sus lectores.Un saludo y gracias por tu visita.

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