Volvemos a hablar de reivindicaciones de los profesionales del cine y la televisión, pero ahora les toca a los de este lado del charco. Ya mencionamos de pasada el otro día la asamblea convocada por los guionistas españoles para exigir mejoras en sus condiciones laborales con el imbatible argumento de que «nuestros compañeros [sic] estadounidenses están en huelga, a pesar de tener mejores condiciones contractuales y laborales que nosotros».
De las peculiaridades de la convocatoria ya hablaron La chica de la tele y El pianista en un extenso artículo en el que analiza, sin dejarse una sola cosa, lo inapropiado que es iniciar una campaña de este tipo simplemente porque en Estados Unidos también lo hacen.
A pesar de que la reunión tuvo lugar el pasado sábado, no he encontrado demasiadas referencias, otra diferencia más con la huelga de sus «compañeros estadounidenses», pero en Vaya tele explican que, aunque está previsto en la nueva Ley de Propiedad Intelectual que los autores cobren por la difusión en Internet de sus contenidos, el principal problema es que la Asociación Alma (que se supone aglutina a los guionistas españoles) es en realidad un sindicato, aunque nadie lo sabe y, por tanto, nadie se afilia, así que en realidad los guionistas españoles no son un colectivo, sino una maraña de profesionales incapaces de negociar, por ejemplo, con las cadenas de televisión. Guionista en Chamberí ha hecho un relato pormenorizado de la reunión de los guionistas, por si os interesa saber más.
La otra polémica surgida en las últimas semanas en torno al cine español ha sido la supresión de la entrega de los Goya a los cortometrajistas de la ceremonia oficial. Con el pretexto de aligerar la gala, los ganadores de los premios a los mejores cortos iban a recoger sus galardones en la velada que la Academia española ofrece a los nominados unas semanas antes de la ceremonia.
Como es natural, los cortometrajistas se opusieron frontalmente a través de una web en la que han estado recogiendo firmas durante todo este tiempo y, finalmente, después de varias reuniones con la Academia y tal vez como consecuencia del éxito de Chapero Jackson en los Premios del Cine Europeo, han dado marcha atrás.
Los cortos volverán a la gala de los Goya, pero eso no les asegura salir por televisión. TVE, cadena que retransmite la ceremonia y que el año pasado la emitió con ¡30 minutos! de retraso (¿recordais la indignación general cuando en EEUU, tras el incidente de Janet Jackson, las entregas de premios se emitían con unos segundos de retraso? ¿Nadie protesta ahora aquí por media horilla de nada?) podría decidir meter la tijera a los pobres cortometrajistas si la gala, un año más, se les vuelve a pasar de tiempo.