Hace varios días que tengo pendiente escribir algo sobre la huelga de guionistas en EEUU, y tanto he tardado que la huelga ya ha empezado.
Como ya sabréis (Pizquita da todas las claves), la cosa comenzó con la renovación del convenio colectivo del sindicato de guionistas (el Writers Guild of America) con las productoras, en la que los escritores solicitaban incrementar su porcentaje de beneficios sobre las ventas en DVD y por Internet de las producciones en las que participaban. Tras varios días de infructuosas reuniones, los guionistas han comenzado hoy un paro nacional que tiene a Hollywood en vilo.
Adelantándose a la jugada, las productoras adelantaron el rodaje de sus grandes proyectos cinematográficos para evitar el paro de escritores, algo que no han podido hacer las televisiones, cuyos índices de audiencia (y los ingresos publicitarios subsiguientes) dependen de decenas de series y programas que necesitan a diario a los guionistas.
Como es lógico, los primeros afectados serán los shows diarios (especialmente los del late night: Jay Leno, David Letterman, Conan O’Brien, Jon Stewart…), les seguirán los seriales y, más tarde, las joyas de la corona, las series del prime time. Los expertos calculan que, en el mejor de los casos, las cadenas podrán seguir emitiendo sus producciones estelares hasta navidades. Y a partir de ahí no hay más que una enorme incógnita.
Como ni una parte ni la otra están dispuestas a ceder, la cosa puede ir para largo, porque las productoras sólo pueden rodar a partir de ahora guiones que no necesiten una sola modificación. En los casos en que los guionistas son, además, productores, directores o protagonistas, podrán seguir trabajando, pero sin añadir o quitar una coma al libreto, lo que crea, además, un conflicto de intereses en los propios afectados.
Mientras las grandes cadenas, como apunta Chica de la tele, ponen al mal tiempo buena cara y ya piensan en qué series o programas se quitarán de encima cuando todo vuelva a la normalidad, otros como el trío J. J. Abrams-Carlton Cuse-Damon Lindelof, America Ferrera o el mismísimo Jay Leno se han lanzado este lunes a la calle para apoyar un paro que podría causar pérdidas de cientos de millones de dólares, comprometer la parrilla de la próxima temporada televisiva (recordemos que es en mayo cuando las cadenas planifican su programación de otoño) y que ya se ha cobrado al menos una víctima: Héroes.
Cualquiera diría que la huelga le ha caído a la NBC como llovida del cielo, porque en cuanto los rumores de paro comenzaron a hacerse insistentes, canceló el tan publicitado spin off Origins (aquel cuyo piloto iba a dirigir Kevin Smith y en el que Tarantino declinó participar) y ya piensa en ofrecer en diciembre una seudo season finale de la serie original y volver (o no) después de la huelga.
El que haya pasado por aquí ya sabe cuál fue mi primera preocupación cuando supe del plante de los guionistas. Yo sinceramente confío en que tengan más que finiquitados los guiones de los 16 episodios que emitirán en 2008. Si no es así, siempre podemos llamar a George Lucas, que le dio la espalda a los sindicatos hace más de 20 años, cuando le multaron por poner los títulos de crédito de El Imperio contraataca al final y no al principio de la cinta, una norma de la época que le permitieron saltarse con La guerra de las galaxias porque, al fin y al cabo, era él quien la dirigía y también quien la escribía.
Actualización: Acabo de leer, con estupor, en el blog que Variety dedica a la huelga, que los ya mencionados Cuse y Lindelof, que a las 8.30 de la mañana (hora local) ya estaban con sus pancartas ante la puerta de los estudios Disney, terminaron el viernes el guión del episodio OCHO de la cuarta temporada de Perdidos. Sí, el OCHO. No hay más escritos. Por si acaso, dicen muy ufanos, han incluido un pequeño cliffhanger, aunque no descartan que, en lugar de emitirse a partir de febrero, esos ocho episodios se reserven para unirlos a los 16 de la temporada próxima y así conseguir un lote de 24. WTF!!!