La cosecha de este año del cine español es de las peores que se recuerdan. No sólo en términos económicos (que hasta la fecha son verdaderamente catastróficos, aunque seguro que alguna coproducción internacional sacada de la manga a última hora, del tipo Sahara o El reino de los cielos salvará los muebles) sino, sobre todo, en términos artísticos, y buena prueba de ello son los tres títulos preseleccionados por la Academia española para representar a nuestro país en los Oscar.
Aparte de la presencia del sempiterno José Luis Garci, al que la institución recurre cada vez que necesita completar la terna de precandidatas (y al que le viene de perlas la promoción gratuita, toda vez que hace tiempo que su trabajo ha perdido el favor de la prensa y también del público), lo más llamativo es que, por primera vez (al menos que yo recuerde), ninguna de las tres cintas escogidas se ha estrenado aún en salas comerciales, a pesar de que las normas de la Academia exigen que las películas en cuestión hayan sido proyectadas al público antes del 30 de septiembre, lo que indica que hasta ahora no se ha estrenado nada digno siquiera para esa preselección y que además obligará a algún estreno apresurado, aunque sea en Talavera de la Reina (una táctica empleada durante años por Garci para tener opciones de colarse en esta primera criba).
Los tres títulos escogidos por la Academia son Luz de domingo, de Garci; Las trece rosas, de Emilio Martínez Lázaro, y El orfanato, de Juan Antonio Bayona.
La primera, que no se estrenará hasta mediados de noviembre, es un drama de época basado en una novela de Ramón Pérez de Ayala con el caciquismo como telón de fondo y con Paula Echevarría, Carlos Larrañaga y Alfredo Landa en sus papeles principales.
La segunda película precandidata es otro drama, también ambientado en el pasado, en esta ocasión la Guerra Civil, y cuenta la historia de trece mujeres que fueron ajusticiadas en las postrimerías de la contienda.
Por su parte, El orfanato (que es la que a priori tiene mejor pinta) es una cinta de terror (reúne algunos de los tópicos del género, como niños inquietantes o una antigua casa semiabandonada) protagonizada por Belén Rueda y Geraldine Chaplin y dirigida por un debutante que ha contado con el respaldo en la producción de Guillermo del Toro. La película se exhibió fuera de concurso en el Festival de Cannes y logró una ovación de más de diez minutos.
La Academia española decidirá el día 27 cuál de ellas envía a los Oscar, que anunciarán el 22 de enero las candidaturas a unos premios que se entregarán el 24 de febrero en el Teatro Kodak en una gala presentada (afortunadamente, porque lo de Ellen DeGeneres el año pasado fue un horror) por Jon Stewart.