Trabajó a las órdenes de Billy Wilder, Douglas Sirk, Michael Curtiz, Frank Capra o Robert Wise, e incluso creyó a Hitchcock cuando le dijo que la Dietrich debía salir deslumbrante en pantalla y ella como una del montón porque así lo exigía el guión. Compartió cartel con James Stewart, Cary Grant, Gregory Peck, Errol Flynn, Rock Hudson y al final se acabó casando con Ronald Reagan. Ganó un Oscar y fue candidata a otros tres (seguro que mereció alguno más).
Fue la reina del melodrama en los 50 y encarnó como pocas a la típica mujer humilde, modesta, que sale adelante a pesar de todo, sorteando con abnegación cuantas dificultades se interponen en su camino, un rostro familiar alejado de la arrogante y seductora voluptuosidad de algunas de sus coetáneas que acabó siendo tan popular que tuvo su propio programa de televisión.
Pero a pesar de todo eso, de sus más de cien trabajos y de su impresionante currículum, la muerte de Jane Wyman nos dolió el pasado lunes porque se nos iba Angela Channing.