Hora de cambiar

Ya sé que se ha hablado en otros muchos sitios sobre el sorprendente final de la tercera temporada de House, pero yo no lo he visto hasta esta misma tarde y, aunque por culpa de mi a veces insana curiosidad ya sabía lo que pasaba, me ha dejado un poco helada.

Que las series cambien a algunos de sus personajes (e incluso que cambien el actor pero no al personaje) es algo bastante habitual. Las series no dejan de ser contratos a largo plazo de los que a veces los actores se cansan y que abandonan para no volver (como Rob Lowe, que dejó El ala oeste para pegarse el batacazo con un proyecto propio, o el reciente caso de James Caan, que será sustituido por Tom Selleck al frente del Montecito de Las Vegas) o simplemente para tomarse un descanso (como William Petersen, que dejó en el limbo a Grissom durante unas semanas, en las que ocupó su puesto al frente del laboratorio Liev Schreiber).

Casos como el del sexteto protagonista de Friends, que permaneció inalterable (con sus plantes para conseguir aumentos salariales incluidos) durante diez años, o la misma El ala oeste, que salvo la fuga de Lowe (y los engullidos por el agujero negro que se tragó a Mandy) conservó a su elenco siete años, no son habituales.

Pero lo que no es tan normal es que tres de los personajes principales desaparezcan de un plumazo de los títulos de crédito. A la marcha de Foreman, anunciada varias semanas antes, se unen en el último episodio de esta tanda el inesperado y extraño despido de Chase («es hora de cambiar», le dice House) y la no menos extraña renuncia de Cameron.

La cosa tiene su truquillo. Los tres actores han firmado para la próxima temporada, lo que indica que seguirán merodeando por los pasillos del hospital, aunque ya no a las órdenes de House, al que en otoño le espera un nuevo equipo de jóvenes e ilusionados doctores que tendrán que ponerse pronto al día.

La maniobra tal vez sea una respuesta de los guionistas a las críticas de falta de originalidad, sorpresa o emoción en una serie que gira casi por completo en torno a su carismático protagonista, por mucho que el peso dramático de Cuddy y Wilson haya crecido considerablemente en esta última etapa.

Teniendo en cuenta que la audiencia de la serie crece temporada tras temporada, tanto en EEUU como en el resto de mercados, quizás lo único que buscan sus creadores es darle carne fresca a su depredador para jugar…

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